Una espectacular comitiva de Emigrantes recorre Huelva y emprende el camino hasta El Rocío: "Los que ya no están entre nosotros nos guían"

Petaladas, salves de los más pequeños, recuerdos de los que ya no están y lágrimas de emoción: instituciones y toda Huelva se vuelcan con el adiós a los peregrinos

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El Simpecado de la Concha Peregrina pasa por la Plaza Niña, después de visitar a las Hermanas de la Cruz.
El Simpecado de la Concha Peregrina pasa por la Plaza Niña, después de visitar a las Hermanas de la Cruz. / Josué Correa

Huelva/Emigrantes ya camina a paso firme y decidido hacia la aldea. Lo hace sin mirar atrás, donde deja una ciudad en la que se respiraba cariño, alegría y devoción, y la gran comitiva así lo sentía. "Salud y que la Virgen escuche todos los deseos de los peregrinos", repetían desde instituciones y ciudadanía, que se despedían entre abrazos y que honoraban al Simpecado con cientos de flores de colores. Aunque salves y música sabían a festividad, no ha faltado alguna lágrima y palabras para los que "no están entre nosotros, pero nos guían y nos acompañan en el recorrido hasta El Rocío".

Antes de las 8:45 resonaban los primeros sones de los tamborileros y entre los peregrinos se hacía el silencio. El carro que porta el Simpecado marcaba el camino hasta la aldea como la primera hermandad que sale de Huelva cada año. A las puertas de la sede de la Hermandad, en el Paseo de la Glorieta, la Hermana Mayor, María José Muiño, esbozaba los primeros buenos deseos: "Es un día grande no solo para Emigrantes, sino también para Huelva. Es la hermandad que me vio nacer y crecer, y le voy a entregar todo lo que le he dado a lo largo del año", decía.

El Simpecado sale al Paseo de la Glorieta.
El Simpecado sale al Paseo de la Glorieta. / Jesús Fernández.

"Viene un camino especial y lleno de emoción", matizaban desde la hermandad protagonista. "Me acuerdo de las personas que faltan y que hoy no están aquí. Seguro que nos ven desde el cielo, y solo deseo que vengamos renovados en este año Jubilar". Tras el primer Viva la Virgen del Rocío, la extensa comitiva, compuesta este año por más de 4.300 peregrinos, iniciaba su recorrido presidido por el presidente de la hermandad, José Francisco Garrido. "Contento y feliz, mucha gente alrededor, y mucha gente nueva", añadía. "Que la devoción rociera siga sumando y que continuemos haciendo Rocío".

Niñas del colegio Santo Ángel cantando.
Niñas del colegio Santo Ángel cantando. / Jesús Fernández

La climatología "respetaba" y aguardaban los caballos a las puertas de la comandancia de la Policía Nacional, donde caían los primeros pétalos. Se dirigían luego hacia la comandancia de la Policía Local, donde posaban uno de los tantos ramos recibidos.

El calor apretaba algo más a las 9:30. En el inicio de la calle Puerto, paraban el Simpecado a las puertas de Casa Venancio, punto obligatorio de cada año en el recorrido y uno de los más simbólicos con la suelta de las palomas. Era el sobrino de los que allí residían el que se dirigía a la Hermana Mayor para desear un buen camino: "Sabemos que arriba del cielo lo disfrutan. Mi tía siempre tenía palabras para la Virgen del Rocío", recuerda.

Hermandad de Emigrantes a las puertas del Ayuntamiento de Huelva.
Hermandad de Emigrantes a las puertas del Ayuntamiento de Huelva. / Josué Correa

Los niños y niñas del Colegio Santo Ángel tampoco querían perderse el adiós a Emigrantes. Entonaban salves rocieras que dejaban -como cada año- atónitos a los adultos, que paraban para disfrutar de la escena. Ya en el Ayuntamiento de la capital y cerca de las 10:00, el equipo municipal presidido por la alcaldesa de Huelva esperaba a los carros y a la caballería. Después de salves rocieras y bailes, Pilar Miranda entregaba el ramo, deseando suerte y salud a los peregrinos.

Convento de las Hermanas de la Cruz en la Plaza Niña.
Convento de las Hermanas de la Cruz en la Plaza Niña. / Josué Correa

Pasando por Gran Vía y a las puertas de la Diputación Provincial, el Simpecado recibía el saludo de David Toscano. El presidente del organismo entregaba un ramo más, que se posaba cuidadosamente sobre el carro. Por la Avenida Italia y dejando los caballos a las puertas, avanzaban por la Plaza Niña hasta llegar a las puertas del convento de las Hermanas de la Cruz, donde aguardaban las monjas. Bendecían al Simpecado y a los peregrinos en su travesía hasta la aldea con los sones de los niños y niñas del colegio María Inmaculada.

Niños y niñas del Colegio María Inmaculada.
Niños y niñas del Colegio María Inmaculada. / Josué Correa

La siguiente parada era en la Delegación de la Junta de Andalucía. José Manuel Correa, delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Huelva, entregaba un ramo y felicitaba a la hermandad por su trabajo. Tampoco faltaba la música en el encuentro: el delegado de Agricultura, Ganadería y Pesca, Álvaro de Burgos, se animaba a cantarle al Simpecado. Correa destacaba la "fe y la ilusión con la que salen los peregrinos de la Hermandad para llegar hasta la ermita, ponerse delante de la Virgen y trasladar peticiones con sus medallas y den las gracias". Había más flores en la Comandancia Marina, que ponía el broche al fin del comienzo: el recorrido por las calles de Huelva capital y la marcha hacia la marisma.

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