El mítico grupo de sevillanas Los Marismeños tiene apuntado en rojo una fecha de este mes de febrero. El motivo no es otro que la actuación que protagonizarán en Almonte, concretamente en el Teatro Salvador Távora, en un concierto que se enmarca en la Programación Cultural especial por el Día de Andalucía que organiza el Ayuntamiento de Almonte.

Las tablas del teatro serán el escenario en el que los componentes de esta formación, que acumula más de medio siglo de historia, deleitarán a los asistentes con la interpretación de algunos de sus temas más laureados.  ‘La historia de una amapola’, ‘Una oración rociera’, ‘Vente a razones’, ‘Salta la reja almonteño’, ‘Yo siempre fui con Triana’, ‘Almonteño déjame’, ‘Perdónala’ o ‘Huelva, donde el fandango ha nacío’ son algunas de sus sevillanas más señeras y en casi todas ellas adquiere un papel primordial el fervor y la devoción a la Virgen del Rocío.

En esta ocasión, Los Marismeños presentan su espectáculo ‘Rocío, mi orgullo es ser Marismeño’, en el que sus componentes hacen un repaso de las sevillanas más inolvidables de este  grupo flamenco. La cita tendrá lugar el próximo sábado 17 de febrero, a las 20.00 horas y las entradas pueden adquirirse desde ya vía on line a través de este enlace o también de forma presencial en las instalaciones de Ciudad de la Cultura, en Almonte.

A lo largo de la actuación, Los Marismeños volverán a mostrar su fervor y devoción hecho cante plasmado en las sevillanas que han formado parte de la banda sonora de la Romería del Rocío y sin cuya presencia es difícil entender los sentimientos y las emociones que despierta esta advocación mariana.

No será ésta la única cita del Teatro Salvador Távora con El Rocío, ya que también está prevista la presentación de una publicación del historiador de arte almonteño Manuel Galán Cruz, que presentará su libro ‘Las ermitas de Nuestra Señora del Rocío. Origen, evolución, análisis histórico-artístico y aporte documental’, en un acto que tendrá lugar el próximo 23 de febrero a partir de las 19.30 horas.

El libro se centra en la ermita de la Virgen del Rocío, situada en la aldea almonteña, y analiza en profundidad y con todo lujo de detalles la evolución que ha experimentado a lo largo de la historia el propio templo y todo el patrimonio que hay en su interior, con especial atención a la imagen de la Blanca Paloma, pero sin desatender otros elementos como las esculturas, relieves, pinturas del santuario o el propio ajuar de la Virgen del Rocío