No cabe duda que El Rocío es una completa fotografía en sí misma y a su vez se fragmenta en millones de detalles que muestran la fe y la devoción de cientos de miles de personas durante esta semana. La Hermandad del Rocío de Huelva mostró ayer muchas de esas estampas que hacen de la romería algo especial, distinto y único.

Un agente de la Guardia Civil ayuda a montar a una rociera a la grupa de su caballo.
Desde la larga serpiente de personas con camisetas blancas, sombreros y pañuelos atados al cuello siguiendo a la carroza del simpecado hasta los rostros oscuros de polvo que caracterizan la entrada de la Hermandad de Huelva en la aldea almonteña. A pesar de la dureza del camino, la sonrisa tampoco se perdió ayer en los instantes del segundo día de camino. Las mujeres que se maquillaban en plena tienda de campaña, la ayuda de un Guardia Civil con una romera para subirse a un caballo, o el abrazo nostálgico que se funde frente al simpecado. Todo tiene sabor a Huelva y su hermandad.

Momentos de fe y emoción junto al Simpecado de la Hermandad de Huelva.
Al igual que el desayuno en la Matilla para tomar fuerzas o alimentar el alma de fe en la misa de romeros por la mañana. Todo sabe a Huelva y su gente. Igual que siempre pero sin ser nunca igual. Es lo que dura un detalle, como el bautizo de la primera vez.
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