La Virgen del Rocío se viste de gala

Procesión. La Virgen ya está ataviada a la espera de que los almonteños salten la reja el lunes de madrugada, cuando sacarán en procesión a su Patrona

La Virgen del Rocío luce sus mejores galas. Arriba a la derecha,  Carmen Rocío Vega y Ana Morales. En la imagen inferior, los abuelos con Mamé Vega.
La Virgen del Rocío luce sus mejores galas. Arriba a la derecha, Carmen Rocío Vega y Ana Morales. En la imagen inferior, los abuelos con Mamé Vega.

La tarea de vestir a la Virgen del Rocío pasa de generación en generación. Como manda la tradición, son las mujeres las que se encargan de vestir cada año a la Divina Pastora con motivo del recibimiento de sus peregrinos.

Carmen Rocío Vega Morales, que toma el relevo generacional como heredera de la fe rociera de sus progenitores, es la encargada, junto a su madre y su tía, de ataviar a la Virgen con sus mejores galas para la procesión por la aldea almonteña. De los cinco o seis trajes que tiene en total la Virgen del Rocío, para esta ocasión se ha elegido el de los apóstoles. Este año la Virgen va de estreno. Estrena las flores y unos puñitos con blondas. Mamé Vega, hermano de la camarista, es el diseñador de estas novedades Con motivo del 50 aniversario de la Hermandad de Madrid, y el 75 aniversario de la hermandad de Coria del Río, la Virgen portará, en el lado izquierdo de la saya, las medallas de ambas hermandades.

El proceso de vestir a la Pastora es muy complicado y trabajoso. Se empieza por las enaguas, posteriormente se le pone el camisón, el gorrito, la toca, el monillo. Después de esto se continúa por el corpiño, se ponen las mangas, las sobre mangas, la saya y las ráfagas a cada lado, culminando el trabajo con la corona. Por último, se colocan las dieciséis flores a cada lado, sujetas con cintas y alfileres. Las flores son este año rosas en distintas tonalidades de rosa y blanco, las cuales no se ven sobre la Virgen desde el año 1975.

La salamanquesa que lleva en el hombro derecho, regalada por el Vizconde de la Palma, recuerda la historia de la aparición de la Señora, de la cual se cuenta que se apareció por primera vez con una salamanquesa en el hombro.

Posteriormente se le pone el manto y las alhajas, de las que se hace un previo recuento para evitar la pérdida durante el recorrido, entre las que se encuentran un collar se swarovsky sobre la muñeca y otro de perlas colgando del cuello.

El proceso de vestir al Niño también comienza con la ropa interior para luego vestirlo con los pantalones, la camisita de tirantes y el camisón de mangas largas. Por último se le pone la saya y las manguitas. Las alhajas que lleva este año el Niño Jesús son las tres marías (como se conocen los cordones de perlas que porta) yen cada mano lleva casi una decena de pulseras de diamantes, corales y medallitas. En la saya el Niño lleva el tamboril con la flauta, algo típico y propio de la imagen, y en la mano, la campanilla conocida como el tintineo.

El proceso de vestir a la Virgen y al Niño conlleva al menos diez horas de trabajo. Desde las 21:30 hasta las 07:00 estuvieron las camaristas engalanando a la Divina Pastora, para mostrar a los romeros que su Virgen ya está vestida con sus mejores galas a la espera de que la madrugada del lunes, los almonteños la suban al cielo y las saquen de la ermita, lo que supondrá el comienzo de la procesión de la Virgen por la aldea almonteña. El esperado salto de la reja por parte de los almonteños se estima que tenga lugar alrededor de las 03:00 de la madrugada del lunes, ya que cada año es más trabajoso para las camaristas sosegar a los almonteños que son animados por los demás romeros para alzar a la Blanca Paloma.

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