Traslado Virgen del Rocío: Las anécdotas de un día para la historia

“Déjate de móvil, que parece que lo estás viendo por la tele”, “No te has visto en otra como esta, ¿eh?”,

son algunas de las frases que deja la jornada rociera

Petalada a la Virgen desde un balcón. / Clara Carrasco
J. M. Lugardo

30 de mayo 2022 - 06:07

En el cruce de la calle Alcantarilla con Conde Cañete llegó un grupo de romeros ataviados con la intención de acompañar a la Virgen hasta su santuario. Preguntaron a una pareja de Protección Civil que a qué hora salía la Virgen. Hasta ahí todo normal, si no llega a ser que el reloj marcaba las 02:30 del domingo. Y que la Virgen llevaba ya seis horas en la calle. Es una de las anécdotas de una jornada que dejó mil detalles.

Tuvieron que pasar nueve años para que se produjera un Traslado de la Blanca Paloma. Entra dentro de la lógica que muchos foráneos desconozcan las horas. Los momentos. La organización dentro de la locura que es la devoción a la Virgen.

Y hubo gente que prefirió ver a la imagen a través de la pantalla de su teléfono móvil mientras grababa o fotografiaba en vez de mirarle a los ojos a la Virgen. “Déjate de móvil, que parece que lo está viendo por la televisión. Se ve con los ojos y se guarda en la memoria”, decía un devoto señalándose la cabeza, donde guarda todos sus recuerdos de la Virgen del Rocío. Y es que fueron más de 24 horas que de uno u otro modo es historia rociera. Un Traslado siempre y lo es. Y este más por llevar 9 años sin producirse.

“En los móviles os lo perdéis”, expresaba otro a varias personas que ni siquiera conocía. Todavía estaba la Virgen en la Plaza a la que da nombre, donde se pudo disfrutar de Ella más de cuatro horas de una manera cómoda, sin una masificación agobiante. Un privilegio.

También lo fue para quien vivió en el interior de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción el salto a por la Virgen. “No te has visto en otra como esta, ¿eh?”, le decía una mujer a otra, mientras ambas, emocionadas en un lateral del templo contemplaban cómo la imagen recorría la galería central. Y lo dijo debido a un vacío en algunos puntos de la iglesia por lo que no existió ese agobio de devotos que se agolpan en un radio de unos 10 metros alrededor de la Virgen. Hubo incluso quien dijo, con guasa, que la Virgen no se iba para Almonte, que todo esto “es un simulacro”.

Lo cierto es que cuando la Virgen se va de Almonte todo cambia. Hasta la tienda de recuerdos se vació durante las últimas horas de estancia en el pueblo. Tocaba hacer mudanza y regresar a la aldea. La Virgen marca el camino. El de los devotos. El de los rocieros. La campana de la parroquia no dejó de sonar en más de cuatro horas. Arriba, una cigüeña vio la estampa como si estuviera en el mismo cielo.

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