EL ROCÍO

¿Cuántos Simpecados ha tenido la Hermandad de Gibraleón desde que se fundó?

Imagen del actual Simpecado de la Hermandad del Rocío de Gibraleón.

Imagen del actual Simpecado de la Hermandad del Rocío de Gibraleón. / Hermandad de Gibraleón

La Hermandad del Rocío de Gibraleón porta en cada Romería del Rocío y en cada peregrinación extraordinaria un Simpecado realizado sobre fondo de terciopelo rojo con adornos en plata repujada con la imagen de la Virgen del Rocío en el centro en plata policromada. Se trata de una pieza realizada en 1977 por el orfebre sevillano José Jiménez Jiménez.

El Simpecado cuelga de una vara de plata repujada y tiene como terminación superior una cruz del mismo material. Fue costeado por los propios hermanos de la filial y se sometió a un proceso de restauración en 2009 en los talleres del orfebre sevillano Villareal.

Éste es el actual Simpecado de la Hermandad de Gibraleón, pero no es el único que ha tenido a lo largo de su historia, desde que se fundó en 1935. Según explica la propia corporación en su página web, el primer Simpecado de la filial se bordó en el año 1941 por Gertrudis Labadía Borrero. Fue realizado en terciopelo rojo burdeos oscuro y costó 900 pesetas de la época. La pintura del interior del mismo fue obra de Félix González Rodríguez, catedrático de Bellas Artes.

Ese mismo año, la Hermandad de Gibraléon estrena su primera carroza, realizada de madera en color dorado. Los aros del carro los regaló Luis Toronjo, según cuenta la filial. El carro costó 3.200 pesetas de la época y se construyó en los talleres de Carrascal. La carroza fue construida por Gómez del Castillo y costó 7.000 pesetas, de las que Manuel Garrido aportó 6.000 y el resto, la propia hermandad.

Ya en 1966, la filial olontense estrena el que sería su segundo Simpecado. Esta vez fue realizado en terciopelo rojo y bordado por las madres Oblatas de Huelva, también con una pintura interior de la Virgen del Rocío de Reina sobre fondo multicolor. Fue donado Manuel Garrido Garrido el 16 de mayo de 1966.

Ocho años más tarde, la Hermanad de Gibraleón estrenaría su segunda carroza. En esta ocasión, de plata repujada con ornamentación especial y litúrgica para transportar el Simpecado de la corporación. Se construyó en los talleres sevillanos de José Jiménez Jiménez en 1974. Posteriormente, y en los mismos talleres, se restauró y plateó la carroza en el año 2000, restaurándose asimismo el carro en los talleres de Mario Galvín.

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