Ni los propietarios han dado un pelotazo este año, ni los peregrinos han encontrado chollos con los que frotarse las manos. Para la romería de este año, la tónica general es la contención de los precios y de la alegría del gasto. La referencia para el mercado inmobiliario en El Rocío es el año pasado, en cuanto a oferta y en cuanto a demanda. Si acaso, con algunos matices, que siempre los hay. Aunque nada distinto a esa media que marca la inversión en una casa en la aldea entre los 5.000 y los 8.000 euros de media este 2019, muy por encima de hace cinco años.

No hay ningún Rocío igual, todos son diferentes, aunque se repitan patrones cíclicos que igualan tendencias. El de este año está marcado por el traslado de la Virgen en agosto, que deja en este 2019 una doble cita de interés para los rocieros. De hecho hay quienes –no pocos– van a sacrificar este año el alojamiento habitual en la romería para no faltar al acontecimiento extraordinario, aunque cada siete años haya oportunidad de participar en la Venida a Almonte. Pero como todas las ocasiones junto a la Virgen son especiales...

“Hay mucha gente que se ha reservado este año para el traslado. Lo prefieren”, cuenta Francisco Delgado, de la Inmobiliaria María. No son mayoría estos, quizá ni un número especialmente significativo, pero sí suficiente como para que este año se haya notado algo en el ritmo habitual de alquileres en la aldea.

De hecho hay quienes aseguran que hasta esta romería tardía de junio, como cada año que Pentecostés se acerca al verano, tiene también su incidencia en el mercado de alquileres. No lo cree así Antonio Maraver, de Inmobiliaria Soto Rocío, que admite el “reparto” de inquilinos entre esta celebración y la de agosto pero no que el calor influya en la afluencia de peregrinos. “No tiene nada que ver”. La importancia de estar junto a la Virgen queda por encima de otros factores secundarios.

Por eso muchos no se quedarán esta semana a dormir en la aldea pero sí acudirán en su peregrinación. Bien en el camino en hermandad, bien en uno de los muchos trayectos particulares y colectivos que se hacen estos días.

Los que ya lo tenían claro hace unos meses amarraron su casa en la aldea “en agosto del año pasado”. “Muchos lo hacen, incluso, nada más acabar la romería, tratando de asegurarse una buena casa para el siguiente año. Nadie quiere quedarse con la incertidumbre hasta el final”, explica desde Sevilla Juan Antonio González, por la experiencia de su Inmobiliaria Los Naranjos.

Es él quien apunta una media de alquileres este año en El Rocío entre los 7.000 y los 8.000 euros, “la mayoría”, porque los ha manejado también por 6.000 euros. Todo depende de lo que vayan buscando los grupos, sean precios lo más bajos posibles, a costa de estar en el extrarradio de la aldea, o casas bien equipadas o bien situadas, cerca del Santuario.

“Todo el mundo suele tener claro lo que quiere”, repiten todos, se alineen con una demanda determinada o con otra.

Quienes pretenden “una casa baratita, de tres dormitorios, pagan 3.500 euros”, anota Francisco Delgado. Aunque lo normal es que acudan en busca de alquileres grandes grupos, para casas de seis a diez dormitorios. “Una casa estándar para 30 personas y cinco o seis bestias ha salido este año de 4.500 a 6.000 euros”, añade Delgado, aun con excepciones.

Es prácticamente la horquilla de precios que ha manejado también para ese tipo de vivienda Antonio Maraver, de 5.000 a 6.000 euros. Son esos precios los que todos ellos sitúan en la línea de los que se vieron en el mercado durante la romería de 2018. Hay coincidencia en esa lectura. Si hubo un pequeño avance entonces, este año no se ha vuelto a repetir.

Hay, de hecho, a estas alturas, casas todavía pendientes de alquilar para la romería. Tampoco es nada raro. Siempre hay, señalan, quien trata de apretar la tuerca hasta el final y sacar un poco más de la media en el mercado, dicen. En otros casos son otras las circunstancias que marcan esa disponibilidad tardía.

Los propietarios, en cualquier caso, siempre tienen como salida disfrutar de la casa en familia, que nunca es mala opción y no todo es negocio. El viernes, al contactar con ellos, reconocían algunos que la oferta estaba ya retirada: “Nos quedaremos la familia”, decían. Aunque el cartel siga y se espere un alquiler para el verano, demandado al margen del traslado.

Pero estos días son para la celebración en torno a la Virgen, en familia y en amistad. Nada que ver con esas otras citas en la aldea, también para el sector inmobiliario, en las que se dan más “los alquileres peligrosos”, reconoce Francisco Delgado. “Halloween y Fin de Año son fiestas de otra generación. Estos de ahora son alquileres sanos, buenos”.