El Rocío

Esplendorosa presentación

  • La Hermandad de Huelva y la de Lucena del Puerto se postran al unísono ante la Blanca Paloma

  • Rezos, cantes y palmas llenan la explanada de la ermita

Las calles de la aldea almonteña se llenaron ayer de simpecados coincidiendo con la presentación de las hermandades filiales que mostraron de nuevo sus respetos a la Virgen del Rocío y a la Matriz de Almonte. Huelva volvió a ser centro de atención en una emotiva y esplendorosa jornada rociera. De nuevo primó la puntualidad para rendir pleitesía a la Reina de las Marismas.

Como mandan los cánones y la tradición, la Hermandad de Villamanrique de la Condesa fue la primera un año más en iniciar la presentación de las filiales ante la Patrona de los almonteños. Lo hizo a la hora prevista, cuando ya un sol radiante saludaba a los romeros venidos de todos los puntos de Andalucía y más allá, un sol luminoso que iba a perdurar en toda la presentación de las filiales.

La Hermandad de La Palma fue la primera onubense de rendir honores a la Virgen

La primera Hermandad de la provincia onubense en postrarse ante la Blanca Paloma fue La Palma del Condado, a la que siguió Moguer. Cantes, rezos y palmas se sucedieron ante la concha de la ermita, por donde fueron desfilando todas las filiales que no lo habían hecho el día anterior. La presentación de Huelva levantó una gran expectación. Lo hizo acompañada de la Hermandad de Lucena del Puerto, de la que es madrina, al cumplir el 75 aniversario de su fundación, lo que dejó en la retina de los romeros estampas únicas.

La caballería abrió el cortejo de la Hermandad palmerina, (la filial más antigua de la provincia onubense), que estuvo acompañada por las asociaciones de Hortaleza y Valenciana de Culto. Los caballistas se presentaron a la Virgen sombrero en mano, como lo hicieron el resto de las hermandades.

Le seguía la carretera del Simpecado, tirada por dos bueyes, que guiados por el carretero se postraron ante la Señora. La comitiva fue recibida por la Hermandad Matriz y tras el saludo procedieron al rezo del Ave María. La misma escena se iba a repetir con el resto de las filiales.

Nada más terminar, y tras la despedida y el deseo de pasar una feliz romería, hizo su aparición por uno de los laterales de la basílica la Hermandad de Moguer, la segunda que lo hacía de la provincia onubense.

A diferencia de las anteriores hermandades, la moguereña presentó un único tamborilero que puso las notas rocieras a la presentación, que hacía acompañada de la asociación de Barajas. La carretera del Simpecado, tirada también por bueyes, llegó hasta el dintel de la ermita. La despedida la hizo con cantes propios de la romería mientras desfilaban algunos de sus carros tradicionales.

Le siguió Sanlúcar de Barrameda con su grupo de tamborileros y una numerosa caballería. El Simpecado iba rodeado de numerosos peregrinos a pie. Su despedida fue breve, porque la jornada iba a ser larga.

Fue la Hermandad de Triana, de todas las que habían hecho su presentación, la que puso más énfasis cuando se inclinó ante la Patrona de Almonte. Fue recibida con mucho entusiasmo, con un intenso intercambio de abrazos, aunque el Simpecado sólo se detuvo unos breves instantes ante la Virgen. Breve fue el paso (más que en otras ocasiones) de los cientos de romeros, aunque no perdieron la ocasión de, sombrero en mano, dirigirle a la Blanca Paloma sus cánticos, ofreciendo un bella imagen de fervor rociero. Tras ello, desfilaron numerosas carreteras tradicionales, llegadas directamente del camino, lo que prolongó la presentación alrededor de media hora.

Tras Umbrete y Coria (cargada también de caballistas y romeros), hizo su presentación Huelva, la Hermandad con la que dicen empieza el Rocío cuando llega. Apenas eran las dos de tarde cuando aparecieron los primeros caballistas de la onubense. Después, el grupo de tamborileros inundó de sones la marisma. Entonces los comentarios surgieron cuando apareció la carretera del Simpecado junto a otra. Era la de la Hermandad de Lucena del Puerto, que hizo su presentación con su madrina. Bellas instantáneas también se vivieron en la explanda de la ermita, sobre todos cuando los dos simpecados, los primeros que iban tirados por mulos, llegaron prácticamente al dintel de la basílica para rendir honores a la Reina de las Marismas. "Como los almonteños Paloma no hay quien te lleve" cantaron los romeros, mientras se despedían para dejar paso a lss numerosas carrozas que cerraban el cortejo.

San Juan del Puerto, Rociana, Trigueros, Hinojos, Bonares, Bollullos, Valverde, Lucena, Punta Umbría y Palos de la Frontera fueron las otras filiales onubenses que precedieron a la Hermandad de Emigrantes de la capital, que se mostró también esplendorosa cuando presentó su Simpecado a la Madre de los almonteños como lo hicieron todas las filiales con el testigo de la marismas eternas al fondo.

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