El Rocío 2019

Emigrantes adorna de luz, color y alegría las calles de ciudad de Huelva

  • Despedida con la salve rociera y Mi Huelva tiene una Ría en el Monumento a la Virgen del Rocío

Los rocieros son recibidos en la Comandancia de Marina.

Los rocieros son recibidos en la Comandancia de Marina. / Alberto Domínguez

Emigrantes dejó ayer impregnada las calles de Huelva del aroma a un jardín de flores de una carroza del Simpecado hermosamente engalanada, con mazos de la bandera de España que le es tan habitual pero que cada año tiene un guiño de arte distinto. Un caminar dentro de la alegría que le es propia en un recorrido por toda la ciudad, ya que desde el Molino le llevó hasta la calle Blanca Paloma, orígenes de la hermandad rociera que este año se retomó para pasar luego a una despedida tan emocionada como es ante la iglesia de Nuestra Señora del Rocío. Un año también de estreno para esta hermandad que cuenta con nueva junta de gobierno, que preside Eduardo Fernández Jurado y también con nuevo capellán, José Manuel Barral, hermano de la corporación rociera desde los tiempo en su barrio de los Dolores.

La comitiva la llevaba el hermano mayor, Kiko Marín, que disfrutó durante todo el camino de su familia y que arrancó a las 8:48 cuando salió el Simpecado de Emigrantes que iba acompañada este año por el de su ahijada la Hermandad de Sabadell, que se presenta ya como la filial 123.

Juan Benítez se en cargaba de que los mulos dieran el arreón de partida, ya que este año se hacía cargo de la carroza del Simpecado. A renglón seguido era Lázaro en la carroza de Sabadell, que utilizaba la de la Virgen de la Peña, cedida para este roció tan especial para ellos.

Mientras el grupo de jóvenes tamborileros iba abriendo paso a la comitiva que ya anhelaba entrar por toda la ciudad, donde le esperaban los onubenses en todas las esquinas y aceras, así como las instituciones que abrían sus puertas para recibirlos, la Policía Local, la Nacional o la Comandancia de la Guardia Civil, que adorna ese momento tan especial del Simpecado a las puertas de la Comandancia con las canciones de su coro rociero. Hay muchas paradas, como en la plaza de Toros.

El paseo de la Independencia es centinela de esta salida mañanera. con escoltas de elegantes y esbeltas palmeras para llegar hasta la Santa Iglesia Catedral, donde le espera el obispo de Huelva, José Vilaplana, que se ha unido en estos 13 años de romería a los rocieros, entendiendo que hay que estar cerca de ellos. Quizás su última despedida ya que pronto finalizará su tiempo al frente de la Diócesis. Allí también estaba el párroco de la iglesia de la Merced, Víctor Bermudez, y la Hermandad de los Judíos.

Estampas llenas de bellezas, el verdor de este espacio, las primeras luces de la mañana que se filtran por la Plaza de la Merced y los hermosos carros adornados de la comitiva de Emigrantes. Subiendo por calle Puerto hay una parada emocionada en la casa que fuera de dos rocieros de siempre, como Manoli y Venancio. Recuerdo en forma de plegaria, como las que siempre tenían en sus labios para pedir por todos en este día tan especial de partida de los romeros.

Petaladas y canciones en el colegio Santo Angel y en las Esclavas. Ofrenda ante el monumento a la Inmaculada y luego ver cómo en esta media cuesta el tiro de mula trabaja dando belleza del ayer a nuestras calles. Carros bellamente adornados que se iluminan en la mañana con un sol que va levantándose en esta jornada de Miércoles de Rocío que discurrió fresca, lo que viene bien para el andar por los caminos.La Alameda Sundheim era un reguero de alegría, una fiesta rociera que se desbordaba hasta llegar a El Punto, donde este año era la despedida de la ciudad y allí estaba su alcalde, Gabriel Cruz Santana, para felicitar a los romeros por esta jornada llena de luz y alegría, deseándole que esa felicidad que desbordaban sus ojos la llevaran hasta la aldea.

“Mira qué bonita va, va preciosa”. Eran piropos de la gente que esperaba al Simpecado que desde aquí por la avenida de Italia llegaba hasta el Mercado del Carmen, en este itinerario tan peculiar de este año.Los rocieros de Emigrantes se despidieron al mediodía de la ciudad con el rezo del Ángelus en la Comandancia de Marina, después de un recorrido alegre y festivo por toda Huelva. Que le ha acompañado con sus vivas a la Virgen del Rocío y numerosas ofrendas de flores.

La comitiva llegó a la Comandancia de Marina pasadas las doce de la mañana. Un lugar especialmente emblemático en el que se volvieron a unir las dos carrozas de los simpecados de Emigrantes y Sabadell, que les acompaña en este Rocío en el que se presentará como nueva hermandad filial, haciendo la 123.Allí el comandante de Marina ofreció su saludo a los peregrinos de ambas hermandades, en esta jornada intensa en la que la Armada le desea “que tengáis una buena singladura, buena mar, como le decimos a nuestros marinos al partir; suerte para cumplir la misión y llegar al Puerto que es la Virgen del Rocío que como un faro os ilumina”. Les deseó “un buen camino, de paz, tranquilidad y seguro, que volváis bien”. Le siguieron emocionados vivas a los que respondieron los cientos de personas que llenaban la Plaza de al Marina.

El grupo Quita sueños ofreció sus sevillanas en una jornada que mueve los corazones hacia la aldea almonteña. Los marinos rezaron la Salve Marinera y por parte de la Hermandad de Emigrantes se rezó el Ángelus, que este año no ha podido tener lugar en la parroquia de la Inmaculada Concepción debido al cambio de itinerario por las obras en el antiguo Banco de España en la Plaza de las Monjas.Con un “avante toda” del comandante, los rocieros continuaron su camino hacia la Punta del Sebo, buscando adentrarse en los caminos para llegar hasta Tres Rayas para su pernocta.

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