Almonte se viste de fiesta para tener a su Patrona en 2019

Una jornada intensa, de calor sofocante y de emociones incontenidas, se vivió el 19 de agosto en el inicio del traslado de la Virgen del Rocío que se inició a las 14:45.

Arrancaba así su camino hacia el pueblo de Almonte, después de procesionar por la aldea. Lo hacía vestida con la elegancia de siempre, pero en esta ocasión mucho más hermosa. Y, lo que es más importante, con el estreno de un vestido regalado por el pueblo de Almonte, confeccionado por el taller de bordado local de José Manuel Vega Morales. Una pieza única. La saya confeccionada a partir de un antiguo manto del siglo XVIII, cuyo brocado de seda se enriquece con piedras naturales semipreciosas, canutillos y lentejuelas de oro.La característica más singular de la nueva esclavina, diseñada por José María Carrasco, es la utilización del tono rosa empolvado.

Desde el amanecer y como es tradición, la Virgen del Rocío se encontraba en su pueblo en la jornada del 20 de agosto, rodeada por todos para recorrer unas calles engalanadas de fiesta y fervor que le llevaría hasta el paseo de la parroquia de la Asunción.

Constituye este uno de los momentos con mayor intensidad en la vida de los vecinos, que van contando los años por cada venida de la Virgen. Un agradecimiento por estar junto a la pastora almonteña, que se expresaba con estruendosas salvas de los cientos de personas que acudían a recibirla con las escopetas de caería.

La Virgen del Rocío llegaba a la parroquia de Almonte después de un traslado de veinte horas. Este encuentro se produjo al mediodía rodeada de miles de personas, en una de las venidas con mayor participación de la historia de esta devoción mariana.

Ahora continúa recibiendo miles de visitas en este Año Jubilar rociero. Una estancia que se prolongará hasta la próxima romería.