El candidato a la Alcaldía de Huelva por VOX, Wenceslao Font, ha visitado una vez más la barriada de Isla Chica, “un núcleo poblacional que aglutina a más de 22.000 personas que siempre han trabajado con la ilusión de levantar sus negocios y sus proyectos de vida”.

Sin embargo, tal y como ha apuntado, en los últimos años, este barrio “ha perdido calidad de vida, ha padecido el cierre de muchos negocios tradicionales y ha visto empeorar servicios básicos como la limpieza la seguridad”.

Con el objetivo de revertir esta situación y dinamizar la barriada, Wenceslao Font, acompañado por parte de su equipo, ha propuesto que la antigua cárcel sea un centro de ocio familiar, con salas de cine, negocios de restauración y una zona infantil.

“Este edificio sería el detonante para que Isla Chica cuente con actividades que ayuden a fijar la población, para que mejoren los servicios y para que el comercio florezca. Nos referimos a una propuesta destinada a promover esa transformación urbanística tan necesaria teniendo como eje la recuperación de la cárcel, tan cercano al antiguo estadio y la Universidad”.

Del mismo modo, el candidato ha valorado que esta iniciativa pretende poner en valor el patrimonio de Huelva, pero dándole una salida real para que los ciudadanos puedan disfrutar verdaderamente de sus edificios históricos y de su patrimonio.

Wenceslao Font ha incidido en que esta dinamización de la barriada repercutiría en el impulso al comercio tradicional en un momento en el que “los negocios genuinos están desapareciendo por la excesiva burocracia, el incremento de los costes de los suministros básicos y de la energía, así como por el auge del comercio online y de los negocios impersonales”.

En este sentido, ha recordado que “el comercio de proximidad humaniza nuestros barrios, el trato cercano y la atención cuidada es una seña de identidad de lo local y el consumo en ellos un acto de protección de lo nuestro frente a la deslocalización y la destrucción de empleo”.

Además, ha explicado que el comercio local fija población, garantiza la calidad de los productos y vertebra la vida de la comunidad. “Comercios de toda la vida donde nuestros mayores se sienten seguros comprando, donde les atienden sin prisas y les unen vínculos no estrictamente comerciales fruto de la convivencia y vecindad”, ha concluido.