Invertir para los hijos: una decisión de futuro
Pablo Lora, Responsable de Banco Mediolanum en Zona Sur


Estamos en el merecido descanso estival, un tiempo para desconectar y divertirse con la familia. Porque el dinero está para disfrutarlo, siempre que se hagan bien las cosas, con una planificación financiera que tenga visión de futuro y de previsión. Y es que no debemos olvidar nunca que las necesidades de nuestras familias son muchas, que tras el verano llega la vuelta al cole, con todo lo que conlleva, y que va más allá de la cuesta de septiembre.
Sí, la educación de los hijos, la de hoy y la que está por llegar, llamémosla universidad, posgrado o curso en el extranjero, es una de las grandes preocupaciones de cualquier padre y madre. Y es que el coste anual de una universidad privada oscila entre los 6.000 y los más de 20.000 euros.
Como asesor financiero, cuando abordo este tema con alguno de mis clientes, siempre digo lo mismo: conseguir la mejor formación para nuestros hijos no tiene por qué ser un sueño.
Puede hacerse realidad siempre que se aplique una buena estrategia financiera, sostenida en tres patas: planificación, horizonte temporal y disciplina. Dicho de otro modo, y continuando con el tema de los estudios (aunque aquí podríamos poner cualquier otra meta personal): estableciendo las necesidades que tendrán tus hijos, determinando el tiempo del que dispones para ejecutar tu estrategia y siendo constante tanto en las aportaciones como en la elección los activos más adecuados según el momento.
Tener las ideas claras y, sobre todo, mantener el orden. Simplificando, la planificación financiera es como una cómoda en la que vamos a distribuir nuestros ingresos en varios cajones, en función de nuestras necesidades y objetivos.
Así, en el cajón más accesible pondremos el dinero para las emergencias y gastos puntuales; en uno intermedio, el que destinaremos a un ahorro a medio plazo (unas vacaciones, una reforma o un coche nuevo) y en el último, el dinero que necesitaremos a largo plazo (para el futuro de nuestros hijos o la jubilación, por ejemplo).
Y de la misma manera que ordenamos la ropa y no se nos ocurriría mezclar los bañadores con los jerséis de lana, no uniremos el dinero del primer cajón con el tercero.
Lamentablemente, una mayoría de españoles establece sus ahorros en cuentas corrientes, activos muy líquidos, pero de escasa o nula rentabilidad, tal como reseña el Banco de España. Aunque son adecuadas para el dinero del primer cajón, no son útiles para el resto, ya que su rendimiento es muy limitado.
En cifras, actualmente hay 920.843 millones de euros en depósitos retribuidos frente a los 518.400 millones de euros en fondos de inversión, lo que demuestra que, a pesar de que a mucha gente le preocupa la educación de sus hijos, carece de un plan financiero para garantizar un futuro mejor para ellos.
Disfrutemos de las merecidas vacaciones, pero sin perder de vista nuestros objetivos, metas y orden financiero. Y si todavía no te has planificado, a la vuelta del verano déjate ayudar.
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