Abengoa cae casi un 50% en Bolsa en dos días por las dudas sobre su futuro
La firma culpa a un "malentendido" sobre el cálculo de su deuda neta Fitch cree que su apalancamiento real dobla al anunciado por la compañía.
Tensión en la zona noble del complejo de Palmas Altas de Sevilla, sede social de Abengoa. La multinacional andaluza ha perdido en dos días casi la mitad de su valor en bolsa -concretamente, un 48,09%- tras sufrir ayer la mayor caída en una sola sesión desde su debut en el parqué en 1996. Los títulos B de la compañía, los más líquidos y que cotizan en el Íbex 35, cerraron este viernes en 1,50 euros, un 36,5% inferior al precio de apertura. Desde su máximo histórico alcanzado hace apenas dos meses, la compañía se ha depreciado más de un 68%. Sin embargo, pudo ser peor. Sobre las 15:00 llegaron a intercambiarse en 0,90 euros, lo que elevaba las pérdidas del día al 60%, sin que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) llegara a suspender la cotización de la compañía, aunque estuvo "hibernada" temporalmente. Durante la sesión se intercambiaron más de 183 millones de títulos, por un valor de 277 millones de euros.
Las títulos A de la compañía, que cotizan en el Mercado Continuo, bajaron casi un 25%, situándose el valor de cierre en 1,92 euros. Abengoa, uno de los valores preferidos por inversores bajistas, mantiene dos tipos de acciones desde otoño de 2012 con diferentes derechos políticos. Los titulares de acciones clase A cuentan con cien derechos de voto mientras que los de clase B disponen de un único derecho de voto. Esta conversión permite a las familias fundadoras y al núcleo estable de accionistas mantener el control de la empresa pese a la dilución de su participación. La suma de ambos valores arroja una capitalización bursátil de 1.295 millones de euros al cierre de ayer.
La debacle comenzó después de que la compañía presentara resultados trimestrales el pasado miércoles, en los que anunció una mejora del 38% de su beneficio neto y del 24% de su resultado bruto de explotación (Ebitda). Sin embargo, revisó a la baja su previsión de ingresos para 2014, situándolo entre 7.400 y 7.500 millones frente a la horquilla de 7.900-8.000 millones anunciada en julio.
Tras dejarse el jueves un 18% de su valor, las ventas arreciaron al comienzo de la sesión de ayer. La compañía trató de contener el vendaval con un comunicado a media mañana con el que pretendía "aclarar un malentendido referido al cálculo de su deuda corporativa neta". Concretamente, se trataba de una emisión de "bonos verdes" por un importe de 500 millones de euros lanzada el pasado 30 de septiembre por su filial Abengoa Greenfield. La compañía especificó que pese a que estos "bonos verdes" se han clasificado como "deuda sin recurso proceso" -con lo que se encuentran fuera del capítulo de deuda financiera neta-, están garantizados "de la misma manera"que el resto de la deuda.
Poco antes del cierre de la Bolsa de Madrid, la agencia de calificación Fitch señaló en un comunicado que las "preocupaciones sobre la contabilización de las últimas emisiones de deuda" han contribuido a la depreciación de Abengoa. Según Fitch, estos bonos verdes deben ser incluidos dentro de la deuda porque están garantizados por la compañía. Para la agencia, el apalancamiento real duplica al anunciado, situándolo en cuatro veces el Ebitda frente a la cifra de 2,1 reconocida por Abengoa. Esta diferencia de criterio ya se refleja en su calificación actual B+ con perspectiva negativa, lo que abre la puerta a futuras rebajas. No obstante, la agencia especificó que "vigilará de cerca" la respuesta de la firma a la tormenta bursátil y su acceso a los mercados de capitales.
Fitch también apuntó a otros factores que están contribuyendo a las dudas de los mercados, como la caída de los precios del petróleo, que puede desincentivar la inversión en activos renovables, o las recientes elecciones legislativas de Estados Unidos, en las que los republicanos -menos proclives a los subsidios a las energías verdes- han obtenido la mayoría tanto en la Cámara de los Representantes como en el Senado.
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