La última playa de Huelva al sur del litoral español que mira a Portugal
Verano en Huelva
Compuesta por tres bellas playas, estos cinco kilómetros de arena fina y dorada de este pueblo de Huelva lindan con Portugal, a un salto de río
Esta playa fue el primer balneario para el descanso en Huelva
El lugar de las horas felices está en Huelva
Isla Canela, una playa al oeste del oeste de Huelva… de Andalucía… y de España. Más a poniente de esta tranquila zona de baño perteneciente al término municipal de Ayamonte solo quedan el estuario del río Guadiana en primer término, y el Algarve portugués al fondo.
Junto con la de Punta del Moral, situada más a levante, es una de las dos playas de la ciudad fronteriza. Ambas zonas de baño captan la atención cada verano de miles de veraneantes, que buscan, especialmente en la de Isla Canela, la tranquilidad y amplitud de sus espacios, además del misticismo que le otorga el hecho de ser la última playa del litoral español antes de saltar a Portugal por el suroeste, albergando así algunos de los mejores atardeceres de la provincia onubense.
La playa de Isla Canela tiene una longitud de 5.500 metros. El resultado de la suma de las tres zonas principales de este núcleo costero: a levante la playa de los Haraganes (1.800 metros), en el centro la zona central de Isla Canela ( 1.800), y a poniente, hasta el estuario del Guadiana, la playa de San Bruno (1.900), caracterizada por las extensas marismas que la rodean.
La ayamontina Rocío Concepción, cuya familia fue una de las primeras en acudir a veranear en esta idílica playa, lleva ya medio siglo pasando sus veranos en Isla Canela. "Desde 1968. Toda la vida", apunta con orgullo. Concepción añade que al principio "casi no había viviendas. Apenas un par de bloques y unos cuantos chalés", y describe con añoranza que esta playa "forma parte de mi vida y mis recuerdos…, en ella pasé los mejores momentos de mi niñez", a lo que añade que "cada noche quedábamos todos los niños en la casa de alguno de los pocos veraneantes que había entonces".
En relación a los servicios turísticos de Isla Canela, esta vecina ayamontina recuerda que al principio "sólo había una bolera, una zona de columpios y algún que otro café", y que los domingos acudía un párroco de Ayamonte a oficiar una misa en el garaje de su casa, "donde un primo mío y yo hacíamos de monaguillos".
"La playa era muy distinta tanto por su orografía como por su ambiente, que era muy familiar. Ahora es una playa para turismo familiar, que no es lo mismo, pero a pesar de que hay mucha más gente, sigue siendo muy tranquila".
Y tranquilidad es lo que buscan principalmente en este punto del litoral onubense la mayoría de quienes acuden al mismo. Es el caso de Francisco Gómez y Mª Carmen Cabeza, un matrimonio cacereño que lleva ya cuatro años viniendo a Isla Canela. "Además de por la cercanía con nuestro punto de residencia habitual, acudimos aquí por la tranquilidad y porque la playa es buenísima, está bien cuidada y se están acometiendo mejoras" apunta él, a lo que ella añade que también les gusta la zona, "especialmente por cercanía de Portugal, donde vamos a dar un paseo cada vez que podemos". "Pensamos seguir viniendo cada verano, para lo cual alquilamos un apartamento, que ofrece la ventaja de poder venir toda la familia".
"Siempre nos ha gustado esta playa", apunta otro matrimonio que prefiere ocultar su identidad y que lleva veinte años acudiendo a Isla Canela desde Madrid. Ella sufre una discapacidad que le impide andar y que la obliga a usar silla de ruedas para desplazarse, y asegura que "siempre nos ha gustado esta playa porque es muy segura para los niños, y sobre todo porque no está masificada y es muy tranquila, a pesar de que cada vez viene más gente". Otra de sus ventajas, son sus grandes espacios.
Sus arenas finas , junto a la tranquilidad de sus aguas para el baño y una gran oferta hotelera y gastronómica, son algunas de las claves para entender el éxito de esta afamada zona de baño, cuya calidad ha sido también este año reconocida con una bandera azul, que otorga la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor -Adeac-. Todo ello se complementa con una importante oferta de eventos, y con unas cualidades excepcionales para la práctica de deportes náuticos como kitesurf, windsurf o paddle surf, que se pueden aprender en algunas de las escuelas con las que cuenta esta playa justo a la orilla del mar. El visitante puede encontrar aquí una extensa gama de servicios y un gran número de bares, restaurantes, hoteles, heladerías y otros comercios junto al paseo marítimo.
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