Si un extraterrestre de Marte aterrizara en esta tierra roja se daría de bruces con un asombroso paralelismo. Paralelismo modernizado, y es que puede descubrir lugares bautizados por la NASA a lomos de un tren. Un tren que también peina las orillas del Tinto para cegarles con los últimos parpadeos del día y la plenitud de la Luna onubense. Tren que viaja incluso por el tiempo. Una experiencia que, en vagones de madera y codiciables locomotoras, dibuja el trazado original de la vía que conectaba las minas con el Puerto de Huelva.

Y si tiene prisa, le pueden incluso resumir 5.000 años de historia minera en un Museo que les transportará por todas las civilizaciones que han labrado la idiosincrasia de la comarca o dibujarle la mina Arco Iris de Peña de Hierro.

Imagínense a ese extraterrestre, bilingüe, por supuesto, <dando jeles> por las británicas calles del barrio de Bella Vista camino a quedarse prendado con la preciosidad de la capilla Presbiteriana. En el epicentro de esta colonia británica podrá perfumarse de la cultura de la época en la Casa 21, conservada con los ingredientes que nos trasladan a finales del siglo XIX y principios del XX para que puedan introducirse en su modo de vida, rituales y ocio en torno a deportes del que son Cuna.

Si un extraterrestre de Marte aterrizara en esta tierra roja se volvería con el Corazón de la Tierra encogido y un recuerdo aumentado al valor de la mismísima Corta Atalaya.

Minas de Riotinto le hará sentir así. De otro planeta.

Visita Minas de Riotinto.