Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Cada mes de octubre, cuando el aire empieza a refrescar en la Sierra de Aracena, un bonito pueblo de Huelva se transforma por completo. Almonaster la Real, ese lugar de calles empedradas, fachadas encaladas y ritmo pausado, vuelve por unos días a su pasado andalusí.
Lo hace con una de las celebraciones más singulares de Andalucía: Unas jornadas que convierten sus plazas, rincones y su histórica mezquita en un escenario vivo de historia, cultura y convivencia, las XXV Jornadas de Cultura Islámica de Almonaster.
Del 10 al 12 de octubre, el visitante tendrá la sensación de haber retrocedido mil años en el tiempo: Las calles se llenan de música árabe, olor a especias, puestos de artesanía, danza, poesía, luces cálidas y un ambiente de respeto y curiosidad por el pasado.
No es una feria ni una recreación al uso: Es un viaje sensorial, una experiencia que mezcla conocimiento, arte y emoción, en un escenario como es en el único pueblo onubense que pertenece a la Asociación Pueblos Más Bonitos de España.
El corazón de esta celebración late en el castillomezquita de Almonaster, una joya arquitectónica del siglo X que se alza en lo alto del pueblo y conserva la huella de las tres culturas que convivieron en la península.
Allí se desarrollan actos simbólicos, charlas y exposiciones que invitan a mirar atrás con serenidad y orgullo. Ver la mezquita iluminada al anochecer, con los ecos de un laúd o el sonido de una recitación, es uno de esos momentos que quedan grabados para siempre.
El casco antiguo se convierte en un gran zoco. Entre los puestos, se pueden encontrar piezas de cerámica, cuero, tejidos, joyería, dulces con miel y frutos secos o perfumes elaborados con hierbas naturales.
Los visitantes pasean entre los aromas, escuchan los tambores, los violines árabes o los cuentos que relatan los trovadores del lugar. Hay talleres de caligrafía, danza, henna o cocina tradicional, además de actividades para niños, degustaciones, representaciones teatrales, pasacalles y demostraciones de oficios antiguos. Todo pensado para disfrutar, aprender y sentirse parte de la historia, aunque solo sea por un día.
Además de la parte festiva, las jornadas tienen un fondo muy serio: El simposio cultural, donde historiadores, arqueólogos y expertos en patrimonio debaten sobre la vida cotidiana en Al-Ándalus, la arquitectura doméstica o la evolución de los pueblos serranos. Esa mezcla de conocimiento y fiesta es lo que hace único a este evento: La unión entre la investigación y la emoción, entre la cultura académica y la popular.
El espíritu que guía la celebración es el de la convivencia entre culturas. En Almonaster, las tres religiones que marcaron la historia de la península se recuerdan con respeto. No se trata solo de rememorar, sino de celebrar lo que nos une y aprender de lo que fuimos. Es una cita que fomenta la tolerancia, el diálogo y el orgullo por la diversidad.
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