Huelva tu destino

El pueblo blanco más bonito de Huelva, según la revista 'HOLA'

El pueblo blanco más bonito de Huelva, según la revista 'HOLA'

El pueblo blanco más bonito de Huelva, según la revista 'HOLA'

A 20 kilómetros de la capital, en la margen contraria del río Tinto. Moguer, el pueblo protagonista de Huelva descubrió un nuevo mundo (la carabela la Niña y la tercera parte de los marineros que acompañaron a Colón en su primer viaje a América eran de este pueblecito) y Juan Ramón Jiménez nos lo contó en forma de poesía acompañado por su burrito, Platero. 

A menos de diez kilómetros de Palos de la Frontera y a 12 del Monasterio de La Rábida, donde Colón se hospedó antes de partir, se encuentra la blanca localidad de Moguer. Un municipio de gran riqueza monumental, con edificios singulares como los conventos de Santa Clara y San Francisco, la iglesia arciprestal de La Granada, o el antiguo castillo almohade. 

Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Granada Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Granada

Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Granada / M.G.

Se suman sus playas vírgenes de Mazagón, sus espacios naturales, sus tradiciones centenarias y una completa programación cultural que convierte a Moguer en destino obligado para quienes desean disfrutar del encanto de una ciudad abierta al mundo.

Entre esa gran oferta cultural destaca especialmente la intensa relación de Moguer con la poesía, una relación marcada por la figura del Nobel Juan Ramón Jiménez que encontró en los paisajes, los personajes y las tradiciones de su pueblo natal motivos de inspiración permanente para su obra poética. 

Una de las visitas obligadas es la Casa-Museo Zenobia - J. Ramón Jiménez,  una hermosa casa donde el Nobel pasó su niñez y juventud y que conserva su biblioteca particular, con 3.700 libros y 7.500 revistas. Inaugurada en 1956, cuando el poeta recibió el premio Nobel, sus objetos, muebles y enseres que se exponen en sus salas nos trasladan al universo creativo de uno de los mejores poetas líricos de la historia.

Casa Natal de Juan Ramón Jiménez Casa Natal de Juan Ramón Jiménez

Casa Natal de Juan Ramón Jiménez / M.G.

No menos importante la Casa Natal de Juan Ramón, «Aquí, en esta casa grande, hoy cuartel de la Guardia Civil, nací yo, Platero... Desde el mirador se ve el mar». La vivienda en la que nació el autor de Platero cuenta también con interesante material museográfico que nos descubre el Moguer que lo vio nacer y crecer.

Por su fuera poco, Moguer es cuna del Premio Nacional de Literatura Francisco Garfias, poeta, periodista, crítico de arte, una figura señera de la literatura española de la segunda mitad del pasado siglo. 

Nadie puede irse de Moguer sin haber visitado la Sala Garfias. En la planta alta de la casa-natal de J. Ramón se recrea la casa en la que nació y murió el Premio Nacional de Literatura Francisco Garfias. Infinidad de objetos de arte, muebles de época, pinturas y otros muchos objetos de gran valor artístico, componen un espacio lleno de encanto que nos permite adentrarnos en la vida y obra de este gran autor literario.

Sala Francisco Garfias Sala Francisco Garfias

Sala Francisco Garfias / M.G.

Pasear por esta ciudad cargada de referencias literarias, de rincones y monumentos que han inspirado a estos grandes autores, y poder visitar los espacios en los que se mantienen vivos su memoria y su legado, es un verdadero lujo para los amantes de la literatura.

Convento de San Francisco de Moguer Convento de San Francisco de Moguer

Convento de San Francisco de Moguer / M.G.

Pasea por su museo al aire libre Platero EScultura

Escultura 'Asnografía' Escultura 'Asnografía'

Escultura 'Asnografía' / M.G.

Todo el centro histórico de Moguer, declarado Bien de Interés Cultural, está jalonado de magníficas esculturas inspiradas en capítulos de la universal obra del Nobel, un recorrido obligado para disfrutar del encanto de la ciudad de la mano de su hijo más ilustre.

Otro lugar imprescindible relacionado con el escritor es el cementerio parroquial. Solía recorrerlo en sus arrebatos nostálgicos, «Era mi paseo favorito cuando yo vivía en Moguer de muchacho». En este lugar es posible ver su panteón, donde fue enterrado junto a su mujer. 

El Monasterio de Santa Clara y Colón 

Monasterio de Santa Clara de Moguer Monasterio de Santa Clara de Moguer

Monasterio de Santa Clara de Moguer / M.G.

Cristóbal Colón veló una noche, a su regreso de américa, en el Monasterio de Santa Clara. Cumplía el voto que había hecho cuando una tempestad estuvo a punto de hacer naufragar a la Niña cerca de las Azores. Su abasesa, Inés Enríquez, que tanto le había ayudado, era tía de Fernando el Católico. El convento, por fuera, parece una fortaleza, pero por dentro guarda algunas joyas, como su claustrillo mudéjar y su claustro grande o de las Monjas.

Claustro grande del convento de Santa Clara de Moguer Claustro grande del convento de Santa Clara de Moguer

Claustro grande del convento de Santa Clara de Moguer / M.G.

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