Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
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Escondido entre la gran oferta de restaurantes que campa por la conocida playa puntaumbrieña, se encuentra este modesto chiringuito de ambiente familiar y frecuentado por fieles clientes que vuelven porque saben que allí se come de calidad y a buen precio.
Huelva es esa provincia que aún resiste al turismo excesivo que ya copa muchas otras vecinas andaluzas, y donde aún podemos encontrar establecimientos con el mejor producto fresco, con la atención más cercana y a un precio para nada desorbitado.
Escondido tras una duna, y llevado adelante por una misma familia, se encuentra el Chiringuito Nico, un pequeño restaurante frente al mar donde, efectivamente, el producto brilla con luz propia y si pides medias, no es igual a quedarte con hambre.
Su carta es sencilla, de platos tradicionales y sin florituras, con claros protagonistas que siempre triunfan. Chocos, boquerones, adobos, salmonetes, acedías, pez araña o tortillitas de camarones, con medias que no llegan a 10 euros y enteras que no superan los 16. El sabor a mar se deja sentir también con sus sardinas asadas, doradas, lubinas, choco entero, pez espada o caballa, además de la vuelta de las coquinas, o las gustosas chirlas.
Los entrantes más apetecibles también tienen presencia, con su mítica pimentá o su tomate, papas o huevas aliñás, y donde la carne ibérica también es una grata opción, para elegir entre lomo, lagarto o presa. También tienen arroces previo encargo.
Por supuesto, también ofrecen cafés y refrescantes cócteles, como el emblemático y típico mojito, que sin duda recomendamos pedir, para disfrutar de sus espectaculares atardeceres.
Pero si exquisitos son su platos, más exquisito es su personal, de extraordinaria atención y cariñoso trato a su clientela. Sin parar durante todo el día, en Chiringuito Nico trabaja una familia que lleva muchos años sacando adelante este negocio donde no encontrarás multitudes, pero sí a sus clientes de siempre y a tantos otros que los descubren por el boca a boca o fruto de la casualidad. Ellos dan prioridad a la tranquilidad, la fidelidad y a su calidad.
Los podrás encontrar todos los días a pie de playa y hasta mediados de octubre entrando por la conocida Avenida del Océano, y accediendo por la calle petirrojo.
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