El legado de un poeta: 3 rutas juanramonianas en Moguer

Para facilitar el conocimiento y disfrute del Moguer de Juan Ramón se han diseñado varias rutas juanramonianas que nos acercan a aquel pueblo blanco de cal con sol que inspiró al Nobel de Literatura.
Azulejos
Una de esas rutas la componen una colección de casi una veintena de azulejos con textos del poeta referidos a su estrecha relación con Moguer que jalonan calles y plazas de la localidad.
Conoce la ubicación de los azulejos aquí.
Fuentepiña
A escasos 2 kms. de Moguer la casa de campo en la que Juan Ramón pasaba largas temporadas es también una visita obligada para los admiradores del autor de Platero, el tierno borriquillo que está enterrado bajo el gran pino piñonero que se encuentra junto a la casa.

El paraje y la casa de Fuentepiña son los ámbitos agrestes que mejor definen las coordenadas líricas de Juan Ramón. Se localizan a poca distancia del núcleo urbano de Moguer, a escasos dos kilómetros, tomando la carretera de El Algarrobito, a la altura del polígono industrial del mismo nombre, y el camino de la Dehesa.
Originariamente la finca se denominaba 'Santa Cruz de Vista Alegre' y fue propiedad de Gregorio Jiménez, tío del poeta. Su denominación cambió cuando Juan Ramón regaló al médico con quien mantuvo un estrecho vínculo Rafael Almonte una parte de la finca a la que se nombró 'Nazaret'. El resto de la propiedad que continuó en poder de la familia Jiménez, se pasó a llamar 'Fuentepiña'. Este paraje constituye un espacio natural con connotaciones literarias y pictóricas, en el que confluyen valores de carácter histórico que tienen que ver con la presencia y las vivencias del poeta. Este paisaje es evocado por Juan Ramón en Platero y yo y otras obras suyas en prosa y verso. Sin embargo, y a pesar de formar parte del acervo cultural del municipio, dicho enclave está amenazado por varios frentes por el avance del monocultivo de la fresa y la zona de expansión industrial de El Algarrobito, con la consiguiente degradación de su entorno inmediato.

Cementerio parroquial
En el cementerio parroquial de Moguer descansan los restos del matrimonio Jiménez. Una sencilla lápida de granito sella la tumba de Zenobia y Juan Ramón en el blanco cementerio moguereño, un espacio que el poeta gustaba recorrer en sus arrebatos nostálgicos.

El Cementerio Parroquial es uno de los primeros espacios connotados literariamente por Juan Ramón. De su primera época es el poema 'Riente cementerio', una alegre y sensual descripción, no exenta de morbosidad, del cementerio de su pueblo. En su obra, tanto en verso como en prosa, encontramos evocaciones y numerosas referencias al camposanto: en 'Platero y yo', el capítulo 'El cementerio viejo' hace un recorrido por su interior con mención puntual a personas del tiempo del poeta. Para él era “lo más prodigioso, lo más universal de su pueblo”. En su interior, localizado en el patio de San Pedro, junto al crucero, el Panteón de Zenobia y Juan Ramón constituye el punto de encuentro de todos los juanramonianos. Se trata de una obra de granito realizada en 1959, un año después de la muerte del poeta.
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