El hotel que está en un palacio rosa del siglo XVIII con jardines al estilo Versalles y que podrás encontrar a un salto de Huelva

A UN SALTO DE HUELVA

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La Pousada Palácio de Estoi, a solo diez kilómetros de Faro, es un espectacular hotel cinco estrellas donde reina el lujo, el silencio en sus jardines y donde la ornamentación de sus salones componen una experiencia que va mucho más allá del alojamiento.

El origen del conocido como Palacio Rosa de Portugal se remonta a 1840, cuando su primer propietario decidió levantar una residencia que rompiera con todo lo establecido en la región. El proyecto quedó inconcluso tras su muerte y durante años el palacio permaneció a medio hacer, como una obra inacabada esperando a alguien capaz de comprender su ambición. Ese alguien fue José Francisco da Silva, un influyente empresario local que, a finales del siglo XIX, retomó la construcción y la llevó hasta su culminación en 1909, financiándola con su propia fortuna.

Pousada Palácio de Estoi

Lo que surgió entonces fue un palacio sin equivalentes en Portugal. Un ejercicio de romanticismo arquitectónico con fachada rococó en tonos pastel, interiores cargados de ornamentación y una estética pensada para deslumbrar. Frescos pintados a mano, techos de estuco minuciosamente decorados, paneles de madera tallada y muebles dorados convierten cada estancia en una postal del esplendor aristocrático de principios del siglo XX.

Pero si hay un espacio donde el palacio despliega toda su magia, ese es el exterior. Los jardines escalonados, inspirados en el estilo de Versalles, descienden entre escalinatas revestidas de azulejos, fuentes ornamentales, estatuas clásicas y pequeñas grutas escondidas que parecen sacadas de un cuento. Pasear por ellos es entrar en una fantasía cuidadosamente diseñada, donde cada rincón invita a detenerse.

Pousada Palácio de Estoi / Jeronimo Heitor Coelho

La magnitud de la obra no pasó desapercibida. El rey Carlos I de Portugal, impresionado por el conjunto, concedió a José Francisco da Silva el título de vizconde de Estoi, un gesto que selló para siempre la relación entre el palacio y la historia nobiliaria del país. Décadas más tarde, en 1977, el edificio, sus jardines y elementos decorativos fueron reconocidos oficialmente como Bien de Interés Público.

Tras un periodo de deterioro, el Ayuntamiento de Faro adquirió la propiedad en 1980 e impulsó su restauración con apoyo de la Oficina de Turismo de Portugal. El palacio pasó a integrarse en la red de Pousadas de Portugal, hoteles ubicados en edificios históricos, y finalmente se transformó en el exclusivo alojamiento de lujo que es hoy, reconocido internacionalmente y miembro de Small Luxury Hotels of the World.

Pousada Palácio de Estoi

Una de sus grandes virtudes es su accesibilidad. No hace falta alojarse para disfrutar de sus jardines, abiertos al público desde la entrada principal del hotel, lo que lo convierte en una visita imprescindible para quienes recorren el Algarve más allá de sus playas.

Y para quienes desean prolongar la experiencia, hay una sorpresa final: dormir en este palacio es más asequible de lo que su historia sugiere. Dependiendo de la temporada, es posible encontrar habitaciones por menos de 140 euros la noche, una oportunidad excepcional para vivir una escapada romántica en uno de los palacios más singulares de Portugal.

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