A Rafa se le podría definir de muchas maneras. Soñador, luchador... pero quizás, la palabra que mejor represente su carácter y forma de ser sea resiliencia.

Este señor, natural de Gijón, nació entre maletas, timbres y alojamientos, ya que sus padres eran los propietarios del famoso (y todavía operativo) Hotel Castilla. Allí fue donde Rafa tuvo su primer acercamiento a la hostelería. Además, hay que añadir que su madre fue la fundadora de una de las primeras escuelas de hostelería de Asturias.

Pero sus comienzos profesionales fueron muy pero que muy distintos. Estudió veterinaria y ejerció este oficio durante más de una década. Quizás fuera por la fascinación que le produjeron las vacas IGP asturianas que pastaban en los lagos de Europa y alrededores cuando cada semana iba a cantar a Covadonga.

El 28 de febrero, el día de intento de Golpe de Estado, inauguró su primer establecimiento en Oviedo, a día de hoy todavía está regentado por un familiar de él. Rafa, por eso, nos dice que sus comienzos nunca eran buenos.

Tras varias vueltas por España termino en Málaga donde fue copropietario de una sidrería, hasta que el año pasado varios amigos asturianos, ingenieros de minas, animaron a Rafa a venirse a Huelva y él se enamoró de nuestra provincia por el potencial turístico que tiene.

Desde pequeños sus padres cruzaban España para veranear en las playas de Huelva, que para Rafa (y es algo en lo que coincido con él), son las más bonitas de España.

Así que en diciembre del pasado año decidió abrir las puertas de La Tierrina, un lugar que se ha convertido en la Embajada de Asturias en Huelva, ya que en él se puede disfrutar uno de sus grandes patrimonios, la gastronomía.

Los comienzos fueron buenos, pero tras una serie de infortunios, no encontraba nadie que supiera como él hacer su cocina y a sus 67 años se ha vuelto a remangar para hacer los cachopos y demás platos y, lo que es más importante, transmitirlos a su personal.

Yo, como cocinero, recomiendo los quesos asturianos, las fabes (en temporada invernal) el pote de castañas, el cachopo de Suárez, y el peculiar arroz con leche.

Se hace bastante recomendable reservar, ya que así dispondrá de todo el género y podremos saber por ejemplo si tiene fabes.

Tiene cocina asturiana para todos los bolsillos.

Sin duda, visitar a Rafa en Campofrio es una muy buena opción cuando subamos a la Sierra, aprovechando que vienen muchas ferias como la del Jamón. Es fácil de localizar, ya que está en la entrada del pueblo.