Así es la nueva exposición de Karina Muller, la pintora alemana afincada en Ayamonte
Esta exposición que ha querido titular 'Crear en tiempos revueltos', es una muestra de estos dos años de pandemia. Un muestrario de su propio estado anímico, de sus necesidades cotidianas, de los materiales disponibles y de la necesidad de seguir experimentando sin acobardarse de nada ni de nadie
Cuando el invierno está a punto de decirnos adiós, asoma de nuevo con su obra la pintora alemana afincada en Ayamonte desde hace algunos años, Karina Muller. Karina abre de nuevo la puerta de su creación y la muestra sin inmutarse en la Sala de las Tinajas del Centro Cultural Casa Grande de Ayamonte. Vuelve de nuevo en solitario, para mostrarse al público con su nueva forma de entender la pintura, con su valentía y atrevimiento de siempre y con sus ganas de seguir aprendiendo de los pintores locales.
Enamorada de la tierra y del enorme poder de atracción que tiene a través de la pintura, se ha unido a cualquier artista local para poder aprender nuevas técnicas, nuevas formas o nuevos conceptos. Y el hecho de seguir poniendo su caballete junto a enormes pintores, le anima más por su relación con ellos y por su constante aprendizaje. 'Luz de mujer' o el Paseo por el Arte, le abrieron una puerta nueva que supo aprovechar.
Esta exposición que ha querido titular 'Crear en tiempos revueltos', es una muestra de estos dos años de pandemia. Un muestrario de su propio estado anímico, de sus necesidades cotidianas, de los materiales disponibles y de la necesidad de seguir experimentando sin acobardarse de nada ni de nadie. Esta mujer que anda sin medias tintas, que investiga o se deja llevar por el instinto, ha dividido en dos partes su exposición. Entrando a la izquierda, su experiencia de encierro por la pandemia, mostrándose más pensativa, de tonalidades grises, de sombras, de tristezas y muy básica en las formas y el color. Sin embargo, entrando a la derecha, en su segundo año de pandemia, cambia los motivos, busca lo nuevo y se atreve con la escultura ejerciendo de moldeadora de yeso y cemento, de alambre y de papel y sus cuadros, se abren a la vida a través del color, de la alegría y de la definición de conceptos.
En el acto de inauguración se sintió arropada por sus amigos y artistas pintores, por sus fieles seguidores que saben del hacer de esta mujer sorprendente y alumna de sí misma en cada instante de su creación. Y si es atrevida y arriesgada por un lado, es modesta y cauta por otro. Los dos partes de una personalidad que la definen y que define a través de su propia obra, lo que es cierto y lo que no deja a nadie indiferente cuando se detiene delante de cualquiera de sus cuadros.
Karina Muller ha venido para quedarse, y quiere hacerlo todo sin pérdida de tiempo, porque el tiempo ya no es nuestro, se nos escapa. Sus obras lo reflejan y sus palabras lo ratifican.
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