El compositor de Aracena que suena en el barrio sevillano de Triana

Hablar de José Félix García Domínguez, artísticamente Félix de Carboneras, es hablar de talento autodidacta, de pasión y de música. En definitiva, de un auténtico genio de Huelva

El reconocido pastelero de Lepe que recreó el Santuario del Rocío con azúcar: "Pionero en España en esta técnica"

El lugar de Huelva que enamoró a los Reyes de España en su última visita a nuestra provincia

Félix de Carboneras
Félix de Carboneras / FB Félix de Carboneras

Hablar de José Félix García Domínguez, artísticamente Félix de Carboneras, es hablar de talento autodidacta, de pasión y de música. En definitiva, de un auténtico genio de Huelva.

En la sierra, concretamente en la Aldea de Carboneras (Aracena), rodeado de dehesas y cabras, un muchacho sin formación comenzó a expresar su arte tan solo con un flautín rociero y un tamboril. El chispazo definitivo llegó en el Instituto San Blas: al escuchar a sus compañeros interpretar el himno el Día de Andalucía, decidió aparcar su sueño de ser torero y entregarse por completo a la composición musical.

Félix de Carboneras
Félix de Carboneras / FB Félix de Carboneras

A base de empeño y sorteando todo tipo de dificultades y menosprecios, consiguió que sus marchas se escucharan hasta en la carrera oficial de la Hermandad de la Esperanza de Triana (Sevilla) o que su firma pusiera melodía al programa cofrade «La Pasión».

Las obras de Félix resuenan tanto en su “familia musical”, la Banda Municipal de Aracena (que acaba de cumplir 140 años), como en algunas de las formaciones más prestigiosas de Andalucía, acompañando pasos y tronos por toda la comunidad. Entre su repertorio sobresale «Fandasía», pieza en la que fusiona flautín y tamboril rociero con banda sinfónica y que presentó en París, llevando hasta la capital francesa un pedazo de la tradición onubense.

Consciente de los obstáculos que provoca la falta de estudios, anima a los jóvenes con talento a formarse en música para evitar los tropiezos que él padeció. Le gustaría ser recordado, dice, como alguien que antepuso su pasión por la música a todo.

A sus años, este compositor serrano ha paseado ya el nombre de la “pedanía cebollera” por escenarios de dentro y fuera de España. Su legado, en plena construcción, garantiza que Carboneras seguirá sonando muy lejos de las dehesas que lo vieron nacer.

Y como el reza, la música no nace en un pentagrama, nace en el corazón.

stats