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Un hombre que nunca existió tendrá una calle en Huelva

William Martin, 'el hombre que nunca existió', dará nombre a una calle de Huelva

William Martin, 'el hombre que nunca existió', dará nombre a una calle de Huelva / Alberto Domínguez

William Martin, el enigmático mayor británico conocido como ‘El hombre que nunca existió’, dará nombre a una calle de Huelva, en recuerdo a ese vínculo tan especial de la provincia con esa legendaria historia, tan singular y misteriosa, en la que nuestra tierra protagonizó un episodio clave en la II Guerra Mundial.

Isabel Naylor, señora que siempre ponía flores en la tumba de William Martin, en el cementerio de la Soledad de Huelva. Falleció en 2019 Isabel Naylor, señora que siempre ponía flores en la tumba de William Martin, en el cementerio de la Soledad de Huelva. Falleció en 2019

Isabel Naylor, señora que siempre ponía flores en la tumba de William Martin, en el cementerio de la Soledad de Huelva. Falleció en 2019 / Alberto Domínguez

¿Quién fue William Martin?

Tal y como recogen desde el portal de turismo del Ayuntamiento de Huelva, William Martin era un oficial naval británico, que nació en Cardiff el año 1907. Un hombre que parecía ser completamente normal: fumaba, iba al cine y tenía una novia llamada Pamela. Sin embargo, la cruda realidad de la II Guerra Mundial acabó con su vida, encontrando la muerte en las frías aguas del Mediterráneo en 1943.

Sin embargo, todo esto era la teoría. Una "trampa" para los alemanes, ya que en realidad William Martin nunca existió: sólo era el protagonista imaginario de una delicada operación militar que contribuyó al éxito de uno de los capítulos decisivos para la derrota del nazismo en la II Guerra Mundial: la Operación Mincemeat ('carne picada').

Se trataba de una estratagema de los servicios de inteligencia del Ejército británico, ejecutada en territorio onubense. Pero todavía, tres cuartos de siglo después, sigue siendo un misterio. A pesar del tiempo transcurrido, de la desclasificación de archivos secretos, de la publicación de varios libros y hasta de la filmación de una película. Las piezas de la versión oficial no encajan. 

En 2015, el director de Huelva Información, Javier Ronchel, recogía en un artículo la versión de dos investigadores onubenses, que, a través de diversas pruebas, dudaban de su autenticidad, apuntando una alternativa muy válida a la identidad dada hasta ahora al cadáver y desmintiendo que sus verdaderos restos descansen en la tumba que figura en el cementerio de Huelva a nombre del mayor William Martin, 'el hombre que nunca existió'.

La versión oficial (Área de Turismo del Ayuntamiento de Huelva)

Cualquiera que realice una búsqueda sobre William Martin en Internet podrá leer que el famoso comandante sigue enterrado en el cementerio de Huelva. En 1996 un historiador aficionado llamado Roger Morgan encontró evidencias de que Martin fue un alcohólico vagabundo galés llamado Glyndwr Michael que murió por ingerir veneno para ratas, aunque no se sabe cómo ni por qué lo ingirió.

La lápida del cementerio de Huelva lleva el nombre de 'William Martin' quien, con su muerte, salvó miles de vidas y cambió el curso de la guerra. Posteriormente se ha añadido el nombre de Glyndwr Michael como reconocimiento a su labor.

¿En qué consistitió la Operación 'Carne Picada'?

Según recogen desde el Ayuntamiento de Huelva, el supuesto comandante Martin fue puesto en un contenedor estanco y sellado conservado en hielo seco y vestido con su uniforme de Royal Marines. Cholmondeley y Montagu alquilaron un coche para entregarlo en Holy Loch, Escocia, y lo embarcaron en el submarino británico HMS Seraph. Montagu había preparado esto con el almirante Barry, que tenía los submarinos bajo su mando. Barry sugirió el Seraph, que en ese momento estaba disponible.

El 19 de abril de 1943 el Seraph navegó hasta una posición una milla al sur de Huelva. Se decidió por dicha localización porque España, aunque oficialmente neutral, simpatizaba con las potencias del Eje y estaba repleta de agentes de la Abwehr. También se sabía que en Huelva había agentes alemanes muy activos y que tenían muy buenos contactos con las autoridades españolas. Después, abrieron el contenedor, pusieron el chaleco salvavidas al comandante Martin y le ataron el maletín con los documentos. Posteriormente rezaron el salmo 39 y pusieron suavemente el cadáver en el agua para que la corriente lo arrastrase hacia tierra firme.

El cuerpo fue descubierto a las 07:30 por un pescador de Punta Umbría de origen portugués, José Antonio Rey María, en la playa de La Bota, que lo llevó al puerto e informó a las autoridades españolas. La Abwehr local, representada por el técnico en agricultura alemán Adolf Clauss, tuvo conocimiento inmediato del descubrimiento.

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