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Descubre la ruta que te lleva a los lugares de encuentro con la Virgen del Rocío

Descubre la ruta que te lleva a los lugares de encuentro con la Virgen del Rocío

Descubre la ruta que te lleva a los lugares de encuentro con la Virgen del Rocío / Alberto Domínguez

Desde que la Virgen del Rocío llega a su ermita desde Almonte, hasta que vuelve a salir en el día grande de la procesión, son muchos los rincones y momentos por descubrir entorno a la Blanca Paloma.

En este artículo y gracias a la espectacular ruta elaborada en la App 'Destino Doñana', podremos conocer los 12 puntos más señeros relacionados con la tradición de la Reina de las Marismas.

Toma nota para disfrutar de la 'Ruta de la Virgen' en Almonte y El Rocío.

Ermita del Rocío

Tras el famoso e iconográfico salto a la reja la imagen, ataviada con su traje de pastora, abandona su templo sobre los hombros de los almonteños que la llevan en volandas, descorchando a su paso los sentimientos más profundos de centenares de miles de fieles que siguen de cerca una procesión que, en 2019, alcanzó las veinte horas.

Durante nueve largos meses, la Ermita de estilo neobarroco se siente huérfana de madre y el ábside semicircular añora la vuelta de su Bendita Imagen.

Ermita del Rocío

El Real

El 8 de junio de 1919 El Real de la aldea fue testigo de la Coronación Canónica de la Reina de las Marismas. Así lo atestigua el monumento que recuerda tan insigne fecha. El Papa Benedicto XV aprobó en Roma el 8 de septiembre de 1918 el documento que dio luz verde a una demanda social inspirada e impulsada a instancias del canónigo de la catedral de Sevilla, Juan Francisco Muñoz y Pabón.

A través de una carta publicada en el Correo de Andalucía, este humilde siervo de Dios cuestionaba cómo la Virgen del Rocío aun no contaba con este reconocimiento eclesiástico, máxime constatando en primera persona el fervor que la imagen suscitaba en toda Andalucía y, especialmente, en su franja occidental.

En el Real se alza el monumento más antiguo de la aldea conmemorando la coronación de la imagen a manos del entonces Cardenal Arzobispo de Sevilla don Enrique Almaraz Santos. La pieza escultórica en piedra caliza se eleva sobre una pequeña columna de mármol blanco obra del escultor sevillano Sr. Ordoñez, que fue bendecida por el párroco de Almonte José Puyana Rodríguez un 19 de agosto de 1920, coincidiendo con la festividad del Rocío Chico.

El Real

Altar del Pañito

Entre la Avenida de Los Ansares y la Calle Lince se erige este ‘altar’ de base hexagonal construido de forma perene tras el traslado de 1998 y al que protegen unas pequeñas rejas. Sobre su base superior se encuentra ‘tatuado’ en lozas el dibujo de las andas sobre las que posa la Pastora.

En este escenario la virgen es tapada con un pañito para proteger su rostro, mientras que un capote sobre su figura la protegerá del polvo del camino. En cada una de sus caras diversos azulejos muestran pasajes que relatan en imágenes y poemas el traslado de la Pastora:

“Un cazador en La Rocina /a la Virgen se encontró / Bajó del cielo al Rocío / por voluntad del Creador / por eso Ella es Almonteña / por deseo expreso de Dios” Su trono está en El Rocío / pero en Almonte su pueblo / y de siete en siete años / se vá de Pastora a verlo. / Huérfana llora la Aldea / nueve meses en silencio ” “Sobre este sagrado altar / sus camaristas con mimo / cubren su divino rostro / con paño de encaje fino / y un capote marismeño / la protege del camino” “Las abuelas almonteñas, / andando por los caminos, / llevaron sus atributos:/ ráfagas, corona y cetro. / Nunca mejores vasallos / a mejor Reina sirvieron” “Llega la Virgen a Almonte / restallan las escopetas. / El Sacerdote descubre / entre salves su belleza / y el Sol agosteño arrolla / al alba por querer verla” “Catedral de filigrana / son las calles y el paseo. / Arcos de triunfal celaje / que le levantó su pueblo / y de alfombra el corazón / de sus hijos almonteños” “El 27 de Noviembre de 1991 / la Aldea de El Rocío / peregrinó por primera vez / a Almonte para visitar a / la Blanca Paloma / acompañados por este / guión de camino.”

Altar del pañito

Arco Mariano

Frente a este templete con forma de campanario la Blanca Paloma se despide de la aldea dejando atrás la marisma que llora su ausencia. La noche cae y los últimos rayos de sol se despiden de los peregrinos que se adentran entre la senda de pinos por el famoso Camino de los Llanos, testigo de tantas romerías de Pentecostés y peregrinaciones extraordinarias.

Arco Mariano

Cruce del Merco

En paralelo a la carretera A-483 discurre la senda que une El Rocío y Almonte. A la altura del conocido como paraje del Merco tiene lugar una de esas paradas de referencia en la que los peregrinos reponen fuerzas y vitorean a su Reina. La noche cae a plomo y la nube de polvo desdibuja el paisaje, si bien la luz de Ella se erige en faro incandescente que marca el camino que siguen los romeros. La fe se crece frente a las adversidades y estampas como las que nos regalan la Venida son pregoneras de la verdadera esencia de El Rocío.

Cruce del Merco

Pino El Pastorcito

Este iconográfico enclave es el lugar donde sestean y pernoctan un gran parte de las 124 Hermandades de Huelva y Sevilla que durante la Romería del Rocío acuden hasta las marismas almonteñas. En su recorrido la Pastora alcanza este punto bien entrada la madrugada, siempre amparada por miles de personas que no cejan en su aliento a pesar de las vicisitudes y dificultades del camino.

Pino El Pastorcito

Puente Olivarejos

Pocos espacios conocen mejor las peregrinaciones extraordinarias que los almonteños han hecho al Rocío. Las viejas maderas sobre las que se construyó esta pasarela fueron testigo de una tradición con siete siglos de historia. Coincidiendo con la Venida de 1999, la infraestructura fue reformada, si bien respetando la fisonomía y el encanto de antaño. Sus noventa metros de longitud y cinco de ancho siguen siendo el nexo de unión entre dos puntos físicos como Almonte y El Rocío. Este punto es la antesala de la entrada al núcleo urbano que recibe con honores a su Reina. Frente a los pasos de los peregrinos se erigen arcos y templetes, todos ellos sazonados con guirnaldas flanqueadas y sostenidas por troncos de eucaliptos tapizados de romero que impregnan de aromas el ambiente y a los que coronan toldos de flores de papel. Ayuntamiento y vecinos contribuyen a adornas las calles y acicalar hogares que refulgen de belleza tras una generosa capa de pintura. A su vez, faldones y flores presiden los balcones para recibir a su Reina. Nunca el municipio se encuentra más bello que en estas fechas.

Puente Olivarejos

Monumento a las Abuelas

La senda de la Reina de las Marismas tiene una parada frente al Monumento de las Abuelas. Se trata de un conjunto escultórico realizado a finales del siglo XX como homenaje a las mujeres almonteñas que portan los ornamentos (corona, ráfaga, jarras y las medias lunas) del traje de Reina de la Virgen. No hay que olvidar que durante la Venida, la imagen es ataviada con su traje de pastora, un atuendo de viajera típico del siglo XVIII. El monumento es uno de los trabajos artísticos más logrados por el escultor local Curro Bañez, siendo notario de una tradición con más de doscientos años de antigüedad que ha sido heredada de generación en generación, siendo hoy día los descendientes de estas abuelas quienes presumen de seguir un legado que muestra la fidelidad de Almonte a sus tradiciones.

Monumento a las Abuelas

El Chaparral Alto El Molinillo

En este templete ubicado en el parque del Chaparral se produce uno de los momentos más iconográficos de la Venida. Es el instante en el que las camaristas preparan a la Pastora para su procesión por las calles del municipio. Con suma ternura y delicadeza retirarán el pañito que cubre el rostro de la Virgen para que esta presencie la primera luz del amanecer. A partir de ahí, los almonteños volverán a llevar en volandas a su Pastora recorriendo un pueblo que congrega en esos momentos a centenares de miles de personas que presencian una de la expresiones marianas de fe más importantes de cuantas acontecen en España.

El Chaparral Alto El Molinillo

Monumento bendita aparición

En la confluencia de las calles Feria y Triana se emplaza esta pieza artística que sintetiza el origen de esta devoción mariana con siete siglos de historia. En ella se inmortaliza cómo en el siglo XIII la Virgen del Rocío se le aparece a un noble pastor en el paraje de la Rociana. Frente a ella se erige también el Monumento a la ‘Saca de las Yeguas’ y es que El Rocío no se entendería sin ese vínculo telúrico con el mundo ecuestre. Un cordón umbilical que persiste desde tiempos inmemoriales con estos nobles animales utilizados para peregrinar hasta la Virgen. Por eso, sendos monumentos, el de las Yeguas y el de la Virgen, están conectados y representados en un mismo espacio físico, recordando a todo visitante la cercanía entre lo natural y espiritual que cohabita en este rincón de Doñana.

Monumento 'Bendita aparición'

Catedral Efímera

Coincidiendo con la llegada del Virgen, el Ayuntamiento de Almonte erige en la Plaza Virgen del Rocío este edificio de carácter efímero que recibe de manera majestuosa a su Reina. Se trata de una estructura simétrica formada por cúpula central y dos estructuras laterales de dos bóvedas que se rematan con dos puertas principales que completan el conjunto. La cúpula central se alza sobre una altura de veinte metros, mientras que las bóvedas estrelladas laterales que dan acceso al recinto alcanzan los 12 y 15 metros cada una. La cúpula central está compuesta por doble tambor y pechinas interiores. Alcanza un diámetro total de 5,60m. Está rematado por chapiteles a modo de remates que refuerzan el carácter ascensionista de este tipo de arquitectura religiosa. Los estilizados pilares constituyen un elemento principal en todo el conjunto y se encuentran ligeramente decorados, descansando a su vez sobre finas columnas adosadas al pilar. Las portadas mantienen las formas apuntadas y abocinadas que recogen gran parte del programa simbólico y escultórico. La bella infraestructura fue creada por la arquitecta Natividad López Quintero.

Catedral Efímera

Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción

La Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Asunción fue construida entre los siglos XV y XVI, si bien el terremoto de Lisboa en 1755 obligó al clero a afrontar una profunda remodelación que afectaría a la práctica totalidad del conjunto. Esta actuación le confirió el actual aspecto barroco predominante en la época y en la que brilla con luz propia la fachada principal labrada por Antonio Matías de Figueroa en 1780.

Iglesia de Nuestra Señora de La Asunción