Cartaya

Descubre un abanico de luz, naturaleza y experiencias

  • Hay millones de imágenes y sensaciones que sólo se pueden vivir y disfrutar en Cartaya, un destino singular, un lugar diferente donde siempre volver

Espectacular vista de Cartaya.

Espectacular vista de Cartaya.

Asomarse a la terraza y contemplar un amanecer único, cómo el sol va llenando de luz y de vida, cada día, la desembocadura del Río Piedras, un fenómeno único de la naturaleza, una flecha de arena de más de 13 kilómetros, que está viva, que crece cada año y que ofrecen un espectáculo de playas vírgenes y lagunas naturales que conforman un paraje natural sin parangón en la Costa Atlántica.

Desayunar junto a la orilla, con las conversaciones y las tareas de fondo de los hombres de la mar, que vuelven de su faena en un pueblecito marinero que en pleno siglo XXI sigue conservando su esencia y sus raíces, un remanso de paz y tranquilidad para sumergirse en otro mundo.

Este municipio es un lugar ideal para la práctica de kitesurf. Este municipio es un lugar ideal para la práctica de kitesurf.

Este municipio es un lugar ideal para la práctica de kitesurf.

Pinares a pie de playa

Hacer deporte en plena naturaleza, recorriendo los senderos de unas marismas serpenteantes con especies únicas, o los que se adentran hasta la misma orilla, siguiendo la línea que marca la desembocadura del río, y que ofrecen un espectáculo de verde y azul, de pinos que llegan a pie de playa, y que desembocan en el Sendero Azul del Caño de la Culata, una cita con la naturaleza y una pa- rada obligada para disfrutar de la flora y la fauna, de los olores y colores del litoral onubense.

En los senderos, se puede disfrutar de especies únicas. En los senderos, se puede disfrutar de especies únicas.

En los senderos, se puede disfrutar de especies únicas.

Navegar, practicar vela, kitesurf, surfing, darse un chapuzón en playas vírgenes, solo acompañado por las especies que las hacen únicas y que son sus únicos moradores, es una experiencia que sólo encontramos en este rincón. Como sólo aquí podemos contemplar un atardecer que no se repite en ningún otro sitio, una puesta de sol con sabor a mar y olor a pinar, un sol que se aleja en el horizonte dejando en un remanso de paz las aguas del río, con el mar de fondo, y las aves que pueblan la Flecha sobrevolando un cielo violeta espectacular.

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