Las vuvuzelas ganan al "yo soy español"

Los cánticos de los 3.500 españoles que apoyaron en Durban a la selección sucumben al zumbido de las trompetas

1. Dos aficionadas de origen hindú, que no fueron las únicas, acudieron al partido ataviadas con ropa de la selección española, a la que apoyaron. 2. Los Príncipes de Asturias, como hicieron hace cuatro años en el Mundial de Alemania, acudieron al primer partido de la selección española, que vieron desde el palco de autoridades. 3. Varios aficionados españoles reaccionan ante una jugada del partido en la zona habilitada junto al estadio Santiago Bernabéu, donde se ubicaron dos pantallas gigantes. 4. Hinchas helvéticos muestran en la grada unos carteles en los que se lee "El chocolate derrota a la paella", un titular que tira de tópicos.
1. Dos aficionadas de origen hindú, que no fueron las únicas, acudieron al partido ataviadas con ropa de la selección española, a la que apoyaron. 2. Los Príncipes de Asturias, como hicieron hace cuatro años en el Mundial de Alemania, acudieron al primer partido de la selección española, que vieron desde el palco de autoridades. 3. Varios aficionados españoles reaccionan ante una jugada del partido en la zona habilitada junto al estadio Santiago Bernabéu, donde se ubicaron dos pantallas gigantes. 4. Hinchas helvéticos muestran en la grada unos carteles en los que se lee "El chocolate derrota a la paella", un titular que tira de tópicos.
Ignacio Naya / Durban

17 de junio 2010 - 05:02

No sólo la red defensiva suiza atrapó a España, sino que el atronador sonido de las vuvuzelas ahogó también cualquier intento de hacer oír el "yo soy español" de la afición española en Durban.

Las trompetas de plástico impusieron su inagotable zumbido sobre los cánticos de los aficionados españoles, que poco pudieron hacer para animar a su selección en su vano intento de remontar el 0-1 con el que terminó su debut en el Mundial ante Suiza.

Según la Federación Española de Fútbol, alrededor de 3.500 españoles viajaron a la costera ciudad sudafricana para asistir al primer partido de su selección en el Mundial, y sólo el tambor de Manolo el del Bombo logró cierto protagonismo.

España y Suiza fueron los últimos equipos en debutar en el torneo, por lo que todos sabían bien el ambiente que se encontrarían en el estadio Moses Mabhida.

Las críticas al alargado artilugio sonoro fueron generalizadas durante la primera ronda de partidos en Sudáfrica. "Molestan mucho", "porquería" o "insoportables" fueron sólo algunos de los epítetos que los jugadores dedicaron a las vuvuzelas.

Pero a los sudafricanos les gusta el ruido y su pasión por soplar no entiende de tradiciones futbolísticas. En ese ambiente, la afición española se diluyó entre los 62.000 espectadores que llenaron el moderno estadio de Durban, aunque el color rojo y amarillo fue predominante tanto en la grada como en el soleado y caluroso paseo marítimo de la ciudad frente al Océano Índico.

Suizos y españoles comparten el mismo color de camiseta, mientras que el amarillo es propiedad de los Bafana Bafana, la selección anfitriona, que también jugaba ayer.

Mucho más formal vestía el Príncipe Felipe, que junto a la Princesa Letizia siguió el partido desde el palco de honor junto al presidente de la Federación Española, Ángel María Villar.

El heredero al trono español disfrutó seguramente mucho más hace cuatro años en Leipzig, en el debut de la roja en el Mundial de Alemania. Entonces, España derrotó a Ucrania 4-0 y se postuló como candidata. Al final, sin embargo, cayó en octavos de final ante Francia.

A miles de kilómetros de Durban, en Madrid, los miles de aficionados que se reunieron en las inmediaciones del estadio Santiago Bernabéu se dejaron el alma apoyando a la selección española en su debut mundialista. No hubo ni un segundo de silencio. El gol de Suiza no fue suficiente para apagar los ánimos de los allí reunidos, la mayoría ataviados con camisetas rojas.

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