El ritmo es una necesidad que se hace necesaria para un buen 'swing'

Nuestro golf

Un buen 'swing' debe ser fluido desde el principio hasta el fin y es el comienzo de la subida lo que marca la pauta · La verdadera clave está en el ritmo

Colóquese en su postura habitual.
Colóquese en su postura habitual.
Juan Agüera

30 de septiembre 2008 - 05:02

Una cosa es trabajar el swing en el campo de prácticas y otra cosa muy distinta mantener el nivel de juego durante 5 horas en el campo, en especial cuando se encuentra bajo presión.

El gran peligro es, por supuesto, cuando uno se encuentra con mucha presión, que suele perder su ritmo natural. Se pierde ese hilo que mantiene la coordinación de cada parte del cuerpo y, de repente, el juego resulta mucho más difícil. Este es el momento en que uno se da cuenta de que el golf es algo más que dar bolas; que para mantener el swing y la compostura durante 18 hoyos hace falta algo más.

La clave para mantener ese nivel de juego está en el ritmo, en una buena pauta del swing, que se debe intentar mantener sea cual sea el palo con el que juguemos. Hay que concentrarse en una subida suave y confiar en que el palo haga su trabajo. Hay que tratar de girar del todo, dejando que la cabeza del palo llegue a lo más alto para luego soltarla con la misma amplitud y a través de la bola. Si somos capaces de controlar el swing, el palo se encargará de determinar el resultado.

LA SUBIDA

Uno de los conceptos básicos es conseguir un buen giro del cuerpo. La mejor manera de lograr cierta consistencia es controlar el swing con el movimiento de rotación de los grandes músculos de las espalda y de los hombros.

Cuando se establece el ritmo del swing con un buen giro de los hombros, no sólo se consigue un mejor ritmo, sino que además se erradica la inconsistencia de las manos. Naturalmente las manos juegan un papel importante en el swing, pero creo que son capaces de realizar su papel con más facilidad si se les permite reaccionar de forma natural al movimiento rotatorio del cuerpo.

Colóquese en su postura habitual, sujete un palo encima de sus hombros y haga el movimiento del swing. Procure no hundir los hombros ni frenar el movimiento, sino mantener la misma altura mientras gira dando la espalda al objetivo. Busque la sensación de dar la espalda al objetivo sin mover las rodillas, aunque la verdad es que sólo la rodilla derecha permanece quieta, ya que cuando giran las caderas y traslada el peso hacia la derecha, la rodilla izquierda se traslada un poco en esa dirección hasta un punto que se correspondería con la parte de atrás de la bola. La rodilla derecha mantiene una ligera flexión para aguantar el cambio de peso en la subida, mientras que la izquierda está tan tensa ofreciendo resistencia que cuando la dejamos libre tira de todo el cuerpo hacia delante.

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