Sin patrocinio, el deporte no progresaría

El deporte ha crecido de forma notable en los últimos años en todas sus especialidades. Por eso no es difícil escuchar la admiración que suscitan los héroes de cada disciplina, influyendo en la masa de anónimos deportistas que sueñan con tomarles el relevo. Sin embargo, detrás de esos logros, de ese crecimiento en la consecución de metas cada vez más espectaculares, hay un gran motor que no se puede olvidar: el patrocinio.

Sin patrocinio, en el que las compañías gastan grandes cantidades para unir su imagen a determinados deportistas o especialidades, el crecimiento del deporte hubiese sido mucho menor, porque no se puede ignorar el impacto que provoca el dinero en el espíritu de superación y de emulación. Hoy día "la envidia" no es difícil que aflore cuando se habla de deportistas cotizados del tipo de Tiger Woods (golf), Cristiano Ronaldo (fútbol), Fernando Alonso (fórmula 1), Kobe Brian (baloncesto), etcétera, pero al mismo tiempo hace crecer el deseo de progresar y llegar algún día a ocupar su reinado.

Gracias a esta fórmula del patrocinio, el golf ha crecido de una manera considerable. Afortunadamente hemos contado con figuras capaces de arrastrar con sus éxitos y esto ha ayudado a que funcione el binomio.

En Andalucía, desde luego, la principal imagen que se asocia es la de Turismo Andaluz con Miguel Angel Jiménez, uno de los que mejor representan los valores de la persona y el deporte.