El músculo y el rigor se comen al 'tiki-taka'

La entrega del trofeo de Xavi simboliza el cambio de ciclo La final entre Portugal y Francia, inicio de un nuevo estilo

El músculo y el rigor se comen al 'tiki-taka'
El músculo y el rigor se comen al 'tiki-taka'
Ignacio Encabo (Dpa) París

12 de julio 2016 - 05:02

El fútbol europeo asistió a un cambio de orden en Francia 2016: el músculo y la precaución defensiva acabaron con los años de dominio del tiki-taka español, un estilo destinado a reinventarse si no quiere ser un simple recuerdo.

La receta que combina mucho orden en la zaga, cero riesgos, balones largos, un despliegue físico descomunal y unas gotas de suerte en los instantes decisivos dominó una Eurocopa que consagró el domingo a Portugal como nuevo campeón.

"Siendo estrictos, no creo que haya habido un sólo equipo de los 24 que haya convencido en este campeonato. No ha sido un torneo para los amantes del fútbol gourmet", analizó el ex futbolista alemán Lothar Mattäus.

Hubo un instante que reflejó como pocos el cambio de jerarquía. Xavi, el principal actor de la España que ganó dos Eurocopas y un Mundial entre 2008 y 2012, posó la copa Henri Delaunay sobre una repisa en el césped del Stade de France minutos antes de la final. Era la España del tiki-taka pasando el testigo. Un jugador de 1,70 metros y menos de 70 kilos dejando un trofeo por el que pelearían fornidos atletas.

La final la disputaron futbolistas como Sissoko, Pogba, Cristiano Ronaldo, Renato Sanches, Matuidi, William Carvahlo o Eder. Entre todos no suman seguro ni un gramo de grasa. Son futbolistas de una corpulencia y de un vigor acordes al deporte contemporáneo, auténticos superhombres capaces de aguantar al máximo nivel físico durante los 128 minutos y dos segundos que duró la final. Los futbolistas galos acumularon 138 kilómetros en sus piernas y los lusos otros 143,7.

"Ya no somos tan efectivos con nuestro estilo de juego", fue una de las conclusiones a las que llegó Piqué después de que su selección cayera ante una Italia de poco brillo y mucho oficio en los octavos de final.

Italia usó el mismo esquema que Holanda y Chile, las selecciones que expulsaron a la selección de Del Bosque del último mundial: defensa de cinco, presión asfixiante y galopadas a la contra.

Agotado el ciclo de la España que había enamorado a todos con su fútbol, las esperanzas de los más románticos se pusieron en la Alemania de Joachim Löw, una selección que reinterpretó el estilo español para proclamarse campeona del mundo en Brasil.

Su viaje en la Eurocopa acabó sin embargo en semifinales ante Francia. Ese partido de Alemania fue quizás lo más destacado del torneo desde el punto de vista estético. Lo hizo todo bien la Mannschaft salvo lo más importante en el fútbol: meter goles. Perdió 2-0 con un 65 por ciento de posesión.

En la Eurocopa 2016 reinó la igualdad. La ampliación del número de participantes de 16 a 24 no bajó la competitividad. Al revés: todas las selecciones menores salieron reforzadas. Gales alcanzó las semifinales, Islandia viajó hasta cuartos de final y Hungría, Irlanda, Albania o Polonia dieron buenos sustos a algunas de las favoritas.

"Para muchos es el torneo de su vida y ponen todo en lo que saben hacer, que es defender y esperar el contragolpe", analizó Löw durante la primera fase. "Es lo que se esperaba antes del torneo, que los equipos se defiendan con 10 jugadores y esperaran a tener sus ocasiones".

El cambio de tendencia ya se había vislumbrado en el fútbol europeo en los últimos años. Los años en los que el Barcelona aplastaba a los rivales desde la posesión y la táctica ya son historia: sigue ganando el equipo azulgrana, pero lo hace por una vía distinta, el tridente que forman Messi, Luis Suárez y Neymar, una mezcla perfecta de potencia y fantasía.

Pep Guardiola fue quien alumbró esa cultura del tiki-taka en el Barcelona y los últimos años la intentó trasladar al Bayern Múnich. Le valió en la Bundesliga, pero en Europa fue arrollado en 2014 por el Real Madrid, en 2015 por el Barcelona y en 2016 cayó por la mínima ante el Atlético de Madrid.

Esa derrota del conjunto alemán ante el equipo de Diego Simeone fue un resumen anticipado de la Eurocopa. Más vale defender bien que hacer filigranas con la pelota. El músculo arrolló al tiki-taka por entonces. Y lo repitió en la competición gala.

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