Al líder todo le sale. No necesita hacer su mejor partido, le basta con uno aseado para imponer su ley. Al técnico del líder todo le sale. Cambia de forma sorprendente a su hombre más desequilibrante en el centro del campo. Innova con un futbolista apenas utilizado esta campaña y éste tarda seis minutos en marcar. Su portero para penaltis y los balones que anteriormente iban dentro golpean en los palos. Cosas del líder.

El Decano no tiene techo. Hace bien poco el conjunto albiazul echaba cuentas para llegar a 25 puntos al final de la primera vuelta. Ahora las hace para lograrlo en la jornada diez. La palabra ascenso suena fuerte todavía, pero resulta inevitable. Un equipo capaz de ganar seis de seis lo tiene todo para estar arriba. Queda una barbaridad por delante. El camino es largo todavía. 

El Recre pasó por Valdebebas con un doble reto. Vencer a un oponente con más calidad que puntos y sobrevivir a su propio éxito. Apenas necesitó calentar mucho el balón para ponerse por delante. Un robo de Morcillo, galopada del lateral, pase al espacio a Joselu y la defensa madridista y su portero hicieron el resto. El cartayero, atento al fallo, recuperó el cuero y lo puso dentro de la portería. Tocó el poste y para dentro. Cuando uno es líder todo lo que circula por el alambre cae de su lado. 

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Con ventaja en el marcador cometió el Decano el error de no controlar el partido. No terminó de sentirse cómodo en ningún momento. El Castilla siguió acosando y llegando. Los albiazules se defendieron aunque sufrieron más de lo preciso. El peaje en forma de tarjetas fue un precio excesivo que los albiazules fueron acumulando con el paso de los minutos.

Sin echar el cerrojo al medio era de esperar que el Castilla merodease el área de Cabrero. El oscense estuvo espectacular. Lo paró casi todo y lo único que no detuvo lo rozó. No pudo impedir el empate.

El colegiado Trujillo Suárez logró algo difícilmente repetible. Puso de acuerdo a los dos equipos. Ambos se fueron hablando y no bien de él. Primero decretó penalti en una mano clara de Zamora. No fue voluntaria aunque sí lo fue. Cabrero deshizo el entuerto parando el lanzamiento de Borja (13'). Siguió a lo suyo el árbitro. Tarjeta va, tarjeta viene y entre tanto otra pena máxima. Un piscinazo de libro madridista a los 37 minutos que puso a prueba a Cabrero de nuevo. El aragonés tocó el cuero a lanzamiento de Mascarell. El empate no respondió a lo visto sobre el terreno de juego. Se avivó el Castilla. Borja probó fortuna desde lejos y se encontró el larguero.

El Decano se desmelenó al borde del descanso. Una rápida triangulación revirtió en Linares. El delantero tiró cruzado. El cancerbero local no atajó el cuero. Arana estuvo rápido y preciso para hacer el segundo.

El Recre pudo cerrar el partido a los tres minutos de la reanudación. Montoro se plantó solo ante Yáñez que estuvo mucho más fino y le sacó una buena mano. Joselu no llegó a tiempo al rechace en esta ocasión. Cerca estuvo de nuevo el tercero con un lanzamiento desde 40 metros de Arana que rozó el larguero.

Se rehizo el Castilla. El Decano se distanció y cedió espacios para que su oponente tuviese más claridad y posesión. Fueron minutos de opresión blanca sobre el área albiazul. Toril hizo los tres cambios. Se la jugó. Sergi Barjuan contemporizó en el bando onubense.

Ambos conjuntos llegaron en reserva al cuarto de hora final. El ritmo bajó de forma notable. El Castilla lo siguió intentando. El Decano pudo controlar con algo más de tranquilidad. Pero siguió abierto y peligroso el choque. Yáñez y su defensa brindaron la opción para el tercero. Joselu se encontró con el meta. Por el lado visitante fue Cabrero el protagonista con una actuación memorable, la mejor desde su llegada a Huelva.

Sufrió. Las fuerzas flojearon, pero el líder lo es por algo. Seis victorias seguidas no las suma cualquiera. Este Decano está tocado por una varita, la de Sergi Barjuan. El catalán ya es historia tras el encuentro en Valdebebas. Fijó el horizonte en junio. Los números asustan. Los calificativos se acaban. El líder también pasó por Madrid. Lo hizo con el suficiente empaque para imponerse a un oponente con mucha calidad y superar adversidades como las que pitó Trujillo Suárez. Ni los oponentes ni los imponderables de negro pudieron frenar su impecable camino.