Héctor Santos: "Pase lo que pase ya puedo decir que gané un campeonato absoluto"

El onubense, oro en salto de longitud en el Campeonato de España de Tarragona, disfruta del éxito tras dos años marcados por las lesiones

Sueña con volver a ser internacional y llegar a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028

Héctor Santos realiza uno de los saltos en la final de Tarragona.
Héctor Santos realiza uno de los saltos en la final de Tarragona. / M.G.

Desde hace unos días, Huelva tiene un nuevo campeón de España absoluto. Un logro que llega en un momento crucial para su carrera, donde las lesiones provocaron que estuviera a punto de la retirada. Con esfuerzo, disciplina, y el apoyo de los suyos, Héctor Santos saboreó el oro en la prueba de salto de longitud en el Campeonato de España de Tarragona. Nacido en Madrid pero criado en la capital onubense, Héctor se siente "más de Huelva que un choco" y ya cuenta los días para regresar a su tierra y poder disfrutar de la victoria con los suyos.

Pregunta.Lo primero de todo. ¿Cómo se encuentra? Han debido de ser días de muchas emociones.

Respuesta.Pues, a nivel mental insuperable, mi mejor momento de felicidad yo creo, porque después de todo lo que he pasado que parecía que no llegaba al final ha llegado la victoria en el momento menos esperado de todos. Así que muy contento por mí y por y por ver feliz a tanta gente que me rodea, que eso es un poquito lo más importante. Y a nivel físico, pues, al límite, de acabar con mucho dolor de rodilla, esta semana no he entrenado prácticamente nada porque no puedo, y aunque hay una competición más la semana que viene seguramente no la haga.

P.¿Cómo se despierta uno al día siguiente de ser campeón de España? ¿Cómo lo recuerda?

R.Recuerdo estar feliz todo el rato, la verdad. Dormí poco, dormí tres horas, más o menos, porque no podía dormirme. Por la mañana desayuné, me encontré con el presidente de mi club, que me han ayudado muchísimo en todo este período. Fui a la pista y, pues, encontrarme con amigos, con compañeros de que no veía desde hace años y ver a todos tan felices porque sabían por lo que había pasado. A mí me chocó. O sea, más que la alegría de haber ganado era el impacto de ver tanta gente tan contenta y que se alegrase tanto. Eso no me lo esperaba y tampoco me lo imaginaba. Y después quitarme el peso de ganar mi primer campeonato en absoluto, porque en categorías menores sí que había ganado todo, pero a nivel absoluto, pues siempre quedaba segundo. Y el hecho de decir, pues mira, pase lo que pase, ya puedo decir que gané un campeonato absoluto. La verdad es que con una liberación y una alegría inmensa.

P.En la final fue de menos a más. Empezó con un salto nulo y poco a poco fue acercándose a los ocho metros. ¿Fue consciente en algún momento de que podía luchar por el oro?

R.Sí, más que nada en el primer salto, que yo me notaba calentando muy bien, y yo le decía a mi entrenador que hacía años que no me encontraba así. El primer salto fue un nulo, que me pasé uno o dos centímetros y caí en 8,20. Y cuando vi donde caí, ahí fue donde creí y dije, bueno, si hoy estoy bien y hago buenos saltos válidos, puedo ganar. Y después empecé a asegurar, el segundo salto lo aseguré porque no quería hacer otro nulo y salté 7,95. Y cuando haces esa marca yendo tranquilo, indica que estás para saltar mucho. Entonces, desde el principio yo creía que podía ganar. Lo que pasa es que, bueno, el viento, puedes hacer nulo, Jaime Guerra saltó 8,08, y cuando vi 8,09, pues una alegría inmensa, pero todavía pensaba que hasta el final me podían adelantar, que estábamos saltados todos muchos y que tenía que reaccionar en el último salto, pero bueno, por suerte no fue así.

P.¿Qué se le pasó por la cabeza cuando vio que su salto de 8,09 había sido válido?

R.Yo salto y veo dónde caigo y lo primero que hago es preguntar a la jueza que ha sido bueno y me dice que sí con la cabeza. Entonces digo vale, pues estará aquí por 8,10 más o menos. Si es verdad que cuando estás tan metido en la competición y tan centrado, tampoco tienes claro cuánto saltan los demás, porque tú estás muy a lo tuyo. Yo no sabía si Jaime había saltado 8,04 u 8,05 y fue cuando me dio la enhorabuena que me dijo: “por un centímetro”.

Héctor Santos, emocionado, agradece el apoyo del público.
Héctor Santos, emocionado, agradece el apoyo del público. / M.G.

P.La pregunta del millón. ¿Qué significa ser campeón absoluto de España después de todo lo que lleva pasado en los últimos dos años? Lo calificó como el día más feliz de su vida.

R.Sí, en una pista de atletismo seguro y yo creo que en general, porque imagínate, hace siete meses veía que no podía saltar y hace un mes, cuando me hice la resonancia, yo le preguntaba al doctor si podría volver a ser el de antes o me tenía que retirar del salto de longitud. Y de ahí a un mes a ganarlo, pues no se equipará ningún logro, porque siempre que cuando subcampeón de Europa sub 23 o tercero de Europa sub 20, siempre te queda el: creo que lo podría haber hecho mejor. Y aquí más que nada fue el: vale, lo he hecho y ya no hay nada más allá, ya no pienso en el mundial, no pienso en el europeo. Y entonces es una tranquilidad mental e inmensa.

P.Es necesario recordar de dónde viene todo. Usted se somete a una intervención que era relativamente sencilla en 2023 y ahí se empieza a complicar la cosa. ¿Qué notó para decir que algo no iba bien?

R.Sí, yo me operé porque tenía dolor en la rodilla, no podía entrenar cómodo y me dijeron que tenía el menisco roto, entonces que me operaba, que en un mes estaba, y como estaba medio clasificado para los Juegos Olímpicos, pues que sería rápido. Entonces, yo dije que sí, y cuando salí de quirófano, me dijeron que al final que el menisco no estaba roto y que en 10 días estaba ya corriendo. Me dieron el alta y cuando me fui a la residencia donde yo estaba, yo notaba que algo no iba bien, se me empezó a hinchar la pierna por encima de la venda, tanto por arriba como por abajo, empecé a tener un dolor insoportable, esa noche no pude dormir. Y estuve sin dormir prácticamente siete días, tenía que ir todos los días a urgencias y me sacaban 14 o 15 jeringuillas de sangre, y tal y como las sacaban se me volvían hinchar las rodillas. Así estuve cuatro meses hasta que otro médico decidió operarme otra vez porque decía que no era normal, y vio ya que al estar tantos meses con la sangre en las rodillas la sangre se había comido el cruzado, se había comido los cartílagos y que tenía una lesión importante, pero fue a raíz de esa inflamación.

P.Todo este proceso le lleva a plantearse seriamente el retiro del salto de longitud. ¿Qué papel juega su familia y su entorno en este tipo de situaciones para frenar la decisión?

R.Pues fue todo gracias a ellos. Yo ya llegó un punto en el que le decía al médico: me da igual no saltar, pero quiero hacer una vida normal de un chaval joven y quiero poder estar de pie o dar un paseo, pero es que no podía hacer nada de eso. Y cuando ya más o menos tenía la decisión tomada, pues lo hablé con mi representante que me animó a no dejarlo. Una de las cosas por las que seguí fue porque el club, el Fútbol Club Barcelona, me llamaron y me dijeron que tenía su apoyo cien por cien, decidieron renovarme, no me tocaron la ficha a pesar de llevar más de un año sin competir. Gracias a eso dije, mira, pues, por todo esto, mi familia que lo estaba pasando fatal, mi entrenador, mi grupo de entrenamiento, mi novia, al final tenía suerte de estar bien apoyado. Todos me animaron a querer seguir y por eso decidimos seguir.

P.¿Qué aprendizaje saca de todo esto ahora que parece que vuelve a la normalidad y lo hace por la puerta grande?

R.Bueno, lo que más me ha sorprendido es el estar bien rodeado, el apoyarme en los míos, sin duda es con lo que me quedo. Al final lesiones tenemos muchos deportistas, todos lo pasamos bien o mal, pero el ver a tanta gente alegrarse por uno mismo y el estar bien rodeado es algo que yo creo que no voy a olvidar nunca. Yo me acuerdo que salí del foso llorando, miré a la grada y digo, si hay gente llorando que yo no sé ni quiénes son (risas). Entonces me quedo al cien por cien con el cariño de estar bien rodeado, el querer a los que están a nuestro lado y ya está.

Héctor Santos posa con la medalla de oro.
Héctor Santos posa con la medalla de oro. / M.G.

P.Dejando atrás el pasado y centrándonos en el presente y futuro, ¿cómo ha sido la preparación de la temporada? ¿Ha tenido que cambiar muchas cosas para evitar posibles recaídas?

R.Sí, la verdad es que fue a base de palos. Cuando no podía correr intentaba hacer ejercicios en la elíptica, en la bicicleta para adaptarlo, después empecé a correr, porque no podía saltar, no podía hacer pesas, y al final he ido adaptando la rodilla con mucho dolor, porque yo pensaba que tenía que adaptarse el cartílago. Y sobre todo a la hora de saltar. Había días que hacía un salto y se bloqueaba la rodilla y no podía hacer nada. Entonces al día siguiente intentaba hacer un vendaje y hacía dos saltos, o aquí en la clínica me pinchaba ciertos músculos y volvía a saltar y ha sido un proceso un poco de ensayo y error, de ver qué me venía bien y qué no. Ha sido una preparación muy diferente a lo que yo estaba habituado a hacer, porque claro, no puedo hacer ejercicios básicos ya de un saltador. Gracias a mi entrenador, que dándole mucha vuelta íbamos cambiando ciertos tipos de entrenamientos hemos conseguido llegar en el mejor estado posible al campeonato. Pero la verdad es que ha sido un poco sorpresa. Tampoco te voy a engañar porque yo tenía buenos niveles de velocidad y fuerza entrenando, pero saltando muy malos, y la única vez que me he sentido saltador como lo que yo era antes fue en Tarragona en el Campeonato de España.

P.¿Qué objetivos tiene a corto y medio plazo?

R.Nosotros acabamos la temporada en una semana, porque en septiembre es el Campeonato del Mundo, que evidentemente no me he clasificado por puntos. Entonces, ahora mismo parar. En septiembre empezamos la pretemporada, que en atletismo es súper larga, de septiembre a diciembre, y a partir de enero empezar a competir la temporada de invierno. Intentar estar sanos y sumar el máximo número de competiciones posibles. Como objetivo me encantaría volver a ser internacional. El año que viene hay Campeonatos de Europa de aire libre, que será en julio o en agosto y ojalá poder llegar y poder ir con la Selección.

P.La última pregunta es inevitable. ¿Sueña con Los Ángeles 2028?

R.Sí, claro, ese sueño nunca deja de estar en mi cabeza. Soñé con Tokio, que me quedé a tres centímetros de ir. Soñé con París y cuando parecía que de ranking estaba muy bien me pasó lo de la operación de la rodilla. Ahora me queda soñar con Los Ángeles. Yo creo que el objetivo de todo deportista profesional es ser olímpico. Yo lo he vivido muy de cerca con mi grupo de entrenamiento que la mayoría es olímpico y yo me he quedado cerquita. Es el objetivo principal, trabajaré para ello y si puedo ir sería fantástico.

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