El más grande de todos los tiempos

Diego moisés santos - ex atleta

Tras dejar el deporte profesional, después de diecisiete años y medio de plena dedicación, el mejor atleta onubense de la historia está preparando unas oposiciones para el cuerpo de Bomberos

El atleta posa con un fotolito de este diario cuando ganó su primer título nacional y la camiseta que llevaba entonces.
El atleta posa con un fotolito de este diario cuando ganó su primer título nacional y la camiseta que llevaba entonces.
Javier Álvarez De Miranda / Huelva

12 de noviembre 2008 - 05:02

No es sólo el hombre más rápido de Huelva, sino también de toda la Comunidad Autónoma de Andalucía. Diego Moisés Santos Abad, el atleta onubense más laureado de todos los tiempos, se retiró el pasado mes de julio. Posee el récord absoluto provincial de velocidad de 60, 100 y 200 metros lisos y el andaluz de 60 (con 6.64 segundos) y de 100 (10.26). Actualmente trabaja como Policía Local, pero está preparándose para ingresar en el cuerpo de Bomberos. Tiene un currículum impresionante en el que destacan sus dos campeonatos de España absolutos en pista cubierta (1998 y 99) y otro al aire libre (2001). También ha sido quince veces internacional.

-¿Fue difícil el tomar la decisión de colgar las zapatillas?

-Han sido diecisiete años y medio de plena dedicación al atletismo. Desde que comencé en 1991 hasta que me retiré en julio de 2008 he intentado dar lo mejor de mí, trabajando muy duro. Ha sido una decisión muy meditada. Ahora quiero dedicarle más tiempo a mi mujer y tener más tiempo para mí.

-¿Cómo se inició en el atletismo?

- El deporte siempre se me dio bien. Jugaba al baloncesto -incluso estuve en la selección de Huelva infantil-, al fútbol y corría mucho. Un día probé con el atletismo y en mayo de 1991 gané el campeonato de Huelva local, el provincial y luego el de Andalucía. Al año siguiente empecé a entrenar con Enrique Nielsen -su técnico a lo largo de toda su carrera-, que pegó un cambio radical a mi vida deportiva.

- Su relación con Enrique Nielsen siempre ha sido muy especial.

-Es casi como un hermano. Tuve la fortuna de que él me cogió muy joven, aunque él siempre me dice que la fortuna fue mutua. Siempre ha sido muy exigente en los entrenamientos, pero se ha adaptado mucho a mí y me supo llevar por el buen camino. Fuera de la pista siempre me ha dado la confianza de un gran amigo. Él forma parte de mi familia, sus hijos, su mujer. Hemos sido y somos muy buenos amigos.

-Aunque se haya retirado sigue manteniendo una gran condición física.

-Estoy preparando a piñón las pruebas de bomberos. El cuerpo me pide hacer ejercicio, es un modo de vida. Casi todos los años en las camisetas de la San Silvestre Vallecana ponen una frase y una me encanta que dice más o menos: "Sufres cuando corres o cuando dejas de correr". Es verdad. Seguiré haciendo deporte, pero si ahora quiero ir con mi mujer por ahí o con los amigos lo puedo hacer. El tener un control riguroso de las comidas o el no trasnochar ha pasado a mejor vida. Estoy orgulloso del trabajo que he hecho, con la única espinita de no haber podido acudir a unos Juegos Olímpicos pero que tampoco es algo que me martiriza.

-¿Cuáles son los mejores recuerdos de su carrera?

-El mejor el primer Campeonato de España absoluto en 1998, algo que me marcó mucho. Había sido internacional en todas las categorías inferiores, pero con 20 años significó dar un paso adelante, un golpe en la mesa, pasar de ser un niño a un hombre. Otro momento inolvidable fue el Mundial de Sevilla 99, corriendo en casa, con mi gente y mis padres en la grada. He tenido muchos momentos felices en mi carrera deportiva como el Campeonato de Europa de Gotemburgo 99 o cuando ya había sacado las oposiciones de la Policía Local y mucha gente decía que me había retirado. Cuando uno está trabajando te cuesta más entrenarte, coger la forma, pero tienes una estabilidad mucho mayor y menos presión porque no dependes de una marca y un resultado para lograr una beca. Quizá el año que menos me he entrenado [se refiere a 2006] me salió un 10.38. Enrique siempre me hablaba del ave fénix, que resurge de sus cenizas. Una de mis grandes satisfacciones es haber podido competir con Luis Rodríguez, un velocista sevillano, y haber sido compañero de grandes atletas, como Fermín Cacho en el Campeonato de Europa de Budapest 98. Otro momento maravilloso fue en Maebashi, en el Mundial en Japón del año 99, cuando compartía habitación con Yago Lamela. Yo fui semifinalista en los 60 metros y él logró el subcampeonato del mundo con un salto de 8,56 metros, superado en el último intento por Iván Pedroso, que era un superclase. En mi carrera deportiva he tenido la fortuna de vivir muchos buenos momentos.

- ¿Y sus peores recuerdos?

-En el año 2000, cuando ya teníamos todo preparado para ir a los Juegos Olímpicos de Sydney, nos habían tallado y teníamos la ropa, el presidente decidió dejarnos en casa [se refiere al equipo nacional de 4x100]. Ese fue el palo más gordo. Otro momento duro fue en el año 98, en San Sebastián, cuando era el gran favorito en el Campeonato de España absoluto, en las semifinales se me subieron los gemelos y no pude correr, por lesión, la final. En mi carrera deportiva he tenido momentos amargos, como le sucede a cualquier persona en la vida, pero me quedo con lo positivo. Tengo una enorme satisfacción por todo lo que he vivido: he estado en quince países y en algunos de ellos he repetido. He sido quince veces internacional absoluto, tres internacional promesas (sub 23) y cinco internacional júnior (sub 19). Eso me ha permitido conocer muchos sitios. De todos los viajes, me quedo con tres: Australia 1996, en el Mundial júnior, la Universiada de Pekín (China) en 2001 y Maebashi (Japón) en 1999.

-¿Qué le ha quitado y qué le ha dado el atletismo?

- Quitar no lo quiero ni pensar porque me ha dado tanto... Quizá me ha quitado de cosas malas: de estar en la calle con todas las cosas malas que me podía encontrar. Gracias al atletismo he hecho un montón de amistades, hasta a mi mujer la conocí gracias a él, porque es amiga de Mónica Botello [una ex atleta onubense de triple salto]. Este deporte me ha dado éxitos, el haber podido conocer mundo, el ser reconocido en mi ciudad. Me ha permitido estudiar, aunque mis padres siempre han estado ahí, y pagarme la academia para sacarme la oposición a la Policía Local. En definitiva, me lo ha dado todo.

- ¿Se plantea ser entrenador?

-No sirvo para eso. Colaboraré con el club en lo que haga falta, pero entrenar nunca me ha llamado la atención ni creo que sirvo para ello. No tengo espíritu de entrenador.

-Por último ¿qué consejo se le puede dar a alguien que empiece?

-Hay que trabajar muy duro y centrase en los estudios. Los resultados no llegan si no hay una buena disciplina. Sí es cierto que en Huelva tenemos entrenadores muy buenos y grandes instalaciones en Ayamonte, Cartaya, Lepe, Huelva, Nerva, Punta Umbría...

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