"En el fútbol vemos grandes actuaciones"

En el fútbol hay grandes actores, jugadores que hacen de la interpretación un arte. Dimas lo sabe bien. En su primera campaña lo sufrió en Almería. El centrocampista albiazul recordó su incidente con Charles, "el mejor actor que me he encontrado nunca en un campo". Berta Hernández reconoció que a veces "estás viendo un partido y ves grandes actuaciones, aunque a alguno le daba una clase de teatro para que no sobreactúe tanto".

A pesar de este alegato, la onubense reconoció su predilección "por los papeles de mala" porque "ser mala tiene un atractivo mayor porque te permite hacer giros que un papel de bueno no te da".

La actriz, confesa seguidora del tenis, abogó por aplicar algunas de las medidas de control del tenis al fútbol. "No entiendo que no haya Ojo de Halcón o que no se permita utilizar la tecnología, que permitiría evitar muchas actuaciones y polémicas". "El fútbol va muy por detrás de otros deportes", reconoció Dimas.

Antes de las tablas o quizá al mismo tiempo, Berta Hernández frencuentó la pista y el parqué de los polideportivos onubenses. La actriz pasó su infancia "muy ligada al voley". Jugó "en las Teresianas y luego en la Universidad de Huelva hasta que lo dejé antes de llegar a División de Honor". Además, mi padre "fue entrenador en muchas categorías".

'Hacer teatro' es una de las expresiones más socorridas en el mundo del fútbol, donde fingir y engañar se han convertido en elementos tan determinantes como los argumentos deportivos. A la onubense no le molesta que "se nos utilice para definir esas acciones" pues "en el fondo el teatro es un juego de mentiras, en el que intentas convencer a quien te ve de una realidad ficticia". En cambio, "no me gusta nada cuando se utiliza la palabra payaso como un insulto porque detrás de un payaso hay muchísimo trabajo y un profesional que realiza su labor".

Dimas actúa "cuando hace falta" en el campo, pero "no me veo subido a un escenario". El catalán juega cada semana ante miles de aficionados "pero ese es mi terreno y me siento cómodo". Las tablas de un teatro o un plató "no son mi terreno y me sentiría muy incómodo, me pondría muy nervioso".

Berta Hernández asumió que "la timidez y la vergüenza no van conmigo, aunque es cierto que con la edad asumes más responsabilidad y piensas más las cosas". La experiencia, no obstante, no evita que "antes de cada función, incluso cuando la repites a diario, tenga que repasar el texto y sienta ese pellizco". Una sensación que "nosotros tenemos al saltar a un terreno de juego", añadió Dimas.