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El ejemplo de Borja Granero

  • El centrocampista, que empezó la temporada entre los teóricos descartes, cuajó un gran partido contra el Elche · Lejos de rendirse, apretó los dientes para voltear su situación

La persistencia es una virtud que abre puertas. Borja Granero no lo ha tenido fácil desde su llegada a Huelva. El canterano del Valencia fue uno de esos refuerzos del pasado mercado invernal que tuvieron muy escasa aportación durante el campeonato. Durante meses su presencia en el Recreativo fue casi testimonial. Se ejercitó semanas tras semana con el grupo de profesionales que configuraban la plantilla sin el premio de la oportunidad. Apenas sí contó con unos pocos minutos en el tramo final del pasado campeonato.

Tras brillar en la pretemporada se quedó fuera de los planes iniciales de la entidad junto a Kike Tortosa, Manu Micó y en principio Kepa. Lejos de buscar o forzar una salida, decidieron quedarse. Su único argumento era el trabajo. Álvaro Cervera les tiró el guante. El técnico aseguró que no tendría en cuenta la diferencia entre unos y otros, sino su rendimiento en los entrenamientos a la hora de tomar decisiones. Los hechos lo avalan.

Borja Granero comenzó la Liga con la desventaja de partir entre los teóricos descartados. Ya en la Copa del Rey contra el Elche fue titular en el lateral izquierdo. De nuevo contra los ilicitanos tuvo presencia, aunque en este caso en un puesto más natural para él como es el centro del campo. Ofreció un alto rendimiento.

Sabe que no es nada. Dos partidos nada más, pero al menos es la prueba de lo que la perseverancia y el tesón pueden aportarle. Por ello destaca que "con mi trabajo he podido cambiar mi situación". Tiene muy claro que ni antes estaba todo tan negro ni ahora lo va a tener fácil porque "el fútbol suele dar muchas vueltas y aunque el año estaba siendo muy difícil, ahora estoy muy ilusionado". Esto no quiere decir que deba relajarse, sino todo lo contrario pues "todavía no he conseguido nada". Si tuvo una buena actuación con el Elche "no quiere decir que vaya a tener continuidad". Si algo ha aprendido en estos meses en Huelva es que "vivo el día a día porque sé lo que me ha costado llegar hasta aquí y por ello voy a seguir luchando en cada entrenamiento y en cada partido que juegue".

Espera que la media hora de juego contra el Elche sea el punto de inflexión necesario para su asentamiento en la plantilla. Hasta hace poco "estaba en una situación complicada, pero tomé la decisión firme de creer en mí y en la meta que me había puesto de hacer cambiar de opinión al entrenador como así he hecho, ya que jugué el otro día". Granero ha confesado que siempre tuvo presente las dificultades del reto al que se enfrentaba porque Cervera fue claro con él cuando "hablamos antes de empezar la Liga y sabía que tenía muy pocas opciones, pero creo mucho en mi trabajo y aquí está el resultado que estaba buscando".

Una de sus bazas es la polivalencia. Contra el Elche jugó en el lateral izquierdo, donde el técnico reclama la falta de efectivos naturales. Al valenciano le sorprendió porque "lo había hecho en otras muchas posiciones, pero no ahí. Mi disposición y mi actitud están para jugar donde sea y ayudar al equipo aunque mi posición natural es el ".

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