Con el corazón no se juega

Esas fueron recientemente las palabras de Zinedine Zidane en la sala de prensa al ser interrogado sobre cuánto tiempo de baja le queda al lateral del Real Madrid Dani Carvajal, que ayer ya volvió a pisar el césped. La respuesta ha sido así de contundente. En el fútbol estamos acostumbrados a lesiones musculares, sobrecargas de diferentes tipos y dolencias de etiología traumática. Sin embargo, al escuchar la palabra corazón, entonces todo el mundo se para. Nadie quiere tener ningún problema con el motor del cuerpo. Tenemos ejemplos suficientes en nuestro país como para haber aprendido la lección. Cuando tenía 22 años, una tarde de agosto, en un partido contra el Getafe, Antonio Puerta murió tras sufrir una parada cardiorrespiratoria. No ha trascendido realmente el motivo de la arritmia que provocó la muerte súbita, pero el jugador sevillista se sometió a exhaustivos estudios médicos como el resto de sus compañeros, sin resultado adverso. A niveles más modestos, deportistas populares fallecen en algunas pruebas, sobre todo de media y larga distancia por problemas cardiovasculares. Dani Jarque, capitán del Espanyol, fue otro ejemplo. En el caso de Carvajal, ha trascendido que el motivo de la baja temporal ha sido una pericarditis.

LAS PARTES DEL CORAZÓN

El corazón es el motor que suministra toda la sangre al organismo y permite que todas las funciones del cuerpo humano se realicen correctamente, desde la digestión, caminar o pensar. Pesa aproximadamente 300g y su tamaño corresponde al puño cerrado en cada persona. Está situado entre los pulmones y queda protegido por el esternón. La circulación sanguínea se efectúa gracias a la contracción y relajación de este músculo tan potente.

El corazón está formado por tres capas: un envoltorio o pericardio, un tejido muscular especializado: el miocardio, pero que es diferente a cualquier otro músculo del cuerpo; la parte más interna del corazón se llama endocardio, que corresponde al tejido que recubre las aurículas y ventrículos, así como a las válvulas. Carvajal ha sufrido una inflamación del pericardio. Se ha acumulado líquido e inflamado ese envoltorio del músculo cardíaco. La causa más frecuente es una infección vírica como muchas de las dolencias en las que no se encuentra un responsable. Es fácil que Carvajal haya sufrido un cuadro como un catarro de vías respiratorias altas similar a una gripe y ese mismo virus haya migrado hasta alojarse en el pericardio provocando la sintomatología. Hay otras causas como las bacterianas pero se descartó desde el primer momento; además son mucho más graves que las víricas llegando a provocar la muerte en el 70% de los que las padecen. El cuadro clínico que provoca es el comentado además de dolor y fiebre. El dolor pericárdico se suele localizar en la parte central del pecho y se irradia en ocasiones hacia el cuello, la espalda o los hombros. Puede ser opresivo o manifestarse como sensación de quemazón y su intensidad (desde muy leve hasta muy intenso) y duración (horas a días) son muy variables. Aumenta de manera característica con la tos, con la respiración profunda y al acostarse en posición horizontal, aunque puede mejorar al sentarse erguido y al inclinarse hacia delante.

El diagnóstico se basa en la sintomatología y en diferentes exploraciones como una ecografía del corazón en la que se aprecia la presencia de líquido entre el pericardio y el miocardio, que podría provocar lo que se denomina roce pericárdico, un sonido audible con la auscultación del médico encargado de la exploración.

El corazón está formado por cuatro cavidades, dos aurículas y dos ventrículos, entre una aurícula y ventrículo del mismo lado existe una válvula: la tricúspide en el lado derecho y la mitral en el izquierdo. El lado derecho del corazón recibe la sangre pobre en oxígeno de los órganos y la envía a los pulmones para que se oxigene y elimine el CO2. El lado izquierdo recibe la sangre rica en oxígeno proveniente de los pulmones y la envía a los órganos del cuerpo. El corazón impulsa la sangre mediante los movimientos de sístole (auricular y ventricular) y diástole.

La sístole es la contracción del corazón, cuando disminuye el volumen del mismo, como si se exprimiese, y la sangre es impulsada al resto del organismo. Inmediatamente tras la sístole ocurre la diástole, que consiste en el llenado del corazón gracias a la relajación del músculo cardíaco, aumentando el volumen del corazón. Esto ocurre miles de veces durante el día para permitir el paso de sangre del corazón a los pulmones por la parte derecha del corazón, y del corazón al resto de órganos por la parte izquierda del mismo. En el supuesto de que el pericardio se llenara de líquido, el corazón no funciona de forma normal. Los síntomas producidos por este fenómeno dependerán de la cantidad y de la velocidad con que se acumule el líquido en el saco pericárdico. Puede llegar a causar taponamiento cardíaco, que es un síndrome producido por un aumento de la presión intracardíaca secundario al acúmulo de líquido en el saco pericárdico, lo que dificulta el llenado del corazón y su correcto funcionamiento. Puede llegar a producir la muerte.

El tratamiento de la pericarditis, en el caso que sea vírica, es reposo y medicación antiinflamatoria para que la inflamación del pericardio remita. Ojo porque en algunos casos, la pericarditis vírica puede recidivar y volver a inflamarse pasados unos días. Ésa es la razón por la que Zidane ha comentado que con el corazón no hay que tener prisa y no se juega. En el caso que la causa sea bacteriana, el uso de antibióticos solucionará el problema.

Una nueva inflamación del pericardio sin una etiología concreta puede demorar mucho más la vuelta de Carvajal a los terrenos de juego. Paciencia es la norma. Lo normal es que pueda retornar a su actividad profesional sin ninguna restricción pero siempre de forma progresiva y sin ningún tipo de precipitación.