El Club Esgrima Huelva pisa fuerte en la capital: más de 20 años de exitosa formación

Mario Artero continúa el "dulce" camino que inicia su padre tras fundar el club y dedica su día a día a la enseñanza de este deporte

Imágenes del Club Esgrima Huelva en uno de sus entrenamientos en el Palacio de los Deportes 'Carolina Marín'

Una tiradora del Club Esgrima Huelva realiza un entrenamiento. / Alberto Domínguez

Huelva/Mientras rechinan las zapatillas en la cancha de baloncesto del Palacio de los Deportes Carolina Marín, algunos niños -y no tan niños- bajan las escaleras con mochila en mano para acceder a una sala. Un espacio donde los tiradores del Club Esgrima Huelva realizan sus entrenamientos y mantienen vivo a una entidad que trabaja por este deporte en la capital desde hace más de 20 años.

Mario Artero continúa con el legado de su padre. Juan llegó de Ceuta y no se lo pensó. Decidió crear el club en el que trabajan cada día y forman a sus socios. Algunos de ellos por pura afición y otros se preparan para llevar el nombre de Huelva por diferentes campeonatos. De ello se encarga Mario, de transmitir los valores de la esgrima, de enseñar todas sus técnicas para formar a los mejores tiradores y "ser una escuela referente en Andalucía".

El camino hasta este momento "ha sido dulce", cuenta Artero a Huelva Información, porque, explica "hemos tenido patrocinios, competidores muy fuertes, como el caso de Pablo, Borja o Juan, y tenemos una cantera en Huelva bastante potente".

De casta le viene al galgo. Como le sucede a Mario, quien confiesa, que "me viene de familia, mi madre me enseñaba en el salón con solo cuatro años y hasta día de hoy que me dedico a la enseñanza". Transmite a sus alumnos y enseña sobre "un deporte muy completo, ya no tanto físico, sino también psicológico". Destaca que practicar esgrima es "hacer un deporte individual en el que prima la toma de decisión y lo que es la frialdad mental, un deporte muy completo y que se puede realizar desde chiquitito".

Entrenamiento en el Palacio de Deportes Carolina Marín. / Alberto Domínguez

Actualmente, unas 70 personas forman parte del Club Esgrima Huelva y "formamos cantera, tenemos un grupo de ocio y otro de competición, de gente que se quiere dedicar un poquito más a fondo" a este deporte. Entre las más de 70 alumnos, algunos de ellos están preparándose para "Copas de España, Campeonato nacional, este año tenemos un chico que ha tirado en un Campeonato de Europa sub 23 en Budapest, pero de momento estamos entre el Nacional y el Europeo" aunque sueña como maestro es "llevar a cualquier alumno a los Juegos Olímpicos". Es un paso "difícil, pero no es imposible", anhela.

Pablo Rodríguez, uno de los pesos pesados del club, lleva ya casi 20 años en él. Todo comenzó porque "era un flipado con Star Wars y El Zorro y mi padre me metió", pero asume que cuando llegó el primer día "vi a un hombre mayor con una espada en la mano contra un niño y le dije, me quiero ir de aquí ya". Su padre lo animó, "me convenció y menos mal". Toda una vida haciendo esgrima aunque "hace unos seis o siete años sufrí una lesión en el brazo y lo tuve que dejar", dice con nostalgia. Aun así, nunca perdió el contacto con este deporte que hasta "mi padre empezó a practicarlo por mí y a él le dicen el champions porque el primer torneo que se hizo aquí en Huelva lo ganó él", narra entre risas.

Pequeños tiradores del club acompañados de su entrenador, Mario Artero. / Alberto Domínguez

"Lo dejo un tiempo y ya está", le costó asumir. Tras un tiempo en la sombra, ha vuelto aunque "no estoy tirando igual que antes, voy algún circuito amistoso por Andalucía, con muy buen ambiente, muy buen rollo y con amigos desde hace muchos años". Nunca "se me quitó el gusanillo porque una vez lo pruebas, te enganchas, ves que te gusta más y ya siempre vas a estar presente".

Un amor por la esgrima que te nace al "tirar, ponerte la careta y los nervios de tocar al otro, correr hacia delante..." cuenta. "Es algo que te engancha, es como si fuera un combate de boxeo, pero con un arma y para mí es mucho más elegante y bonito". El camino no ha sido color de rosa para Pablo, pero su regreso le dio un oro con su equipo el pasado mes de mayo en Chiclana.

Un hito que le hace querer más, "con el gusanillo más fuerte y me quiero comprar más cosas". Un torneo cívico militar en el que "el nivelito era bueno y había gente de muchos sitios". Pablo, en nombre del Club Esgrima Huelva, consiguió el primer puesto, "nos compenetramos muy bien, supimos hacer la estrategia muy bien y tuvimos la suerte de conseguir el oro contra el equipo de Cádiz".

Lo tiene muy claro. La esgrima es su pasión, pero sabe que la competición quedó ya a un lado. "Voy a seguir entrenando por gusto, por diversión, tirando en los amistosos por diversión" aunque no quiere mojarse y renunciar antes de tiempo a algo que sí puede pasar.

Lo hace de la mano de sus compañeros que ya son sus amigos con quien lleva la mayor parte de su vida. Borja Delgado, Román López, Juanjo, María del Mar o Mario son algunos de los esgrimistas que conocen a Pablo desde que entró en el club cuando solo tenía ocho años. Ha vuelto a las andadas y ya piensa en la próxima temporada que arrancará en el mes de septiembre.

Foto de familia del Club Esgrima Huelva. / Alberto Domínguez

Como Pablo, muchos niños comparten entrenamientos en el Palacio de Deportes Carolina Marín y se inician en este mundo, él les pide que "se diviertan, que tiren y que si van a un campeonato, que aunque se pierda, vuelvan con un aprendizaje, que no se hundan y aprendan mucho".

La experiencia es un grado y reconoce que "con el tiempo te vas dando cuenta de que sí, que tienes que dar, pero lo más importante es analizar qué ha pasado, aprender de los errores y pensar en la siguiente". Bien sabe de ello tras haber realizado muchos viajes durante todos estos años y después "las cosas salen como te gustarían aunque si no lo consigo sé que voy a aprender", incide.

Paula Mora es otra de las grandes protagonistas. Su modalidad es el florete, "mi arma favorita y con la que he aprendido gracias a Juan y a Mario, que son mis entrenadores". No es fácil, a nivel andaluz tiene que ir a competición mixta "porque hay muy pocas mujeres que lo practiquen", explica. En su última competición hace tan solo unos meses, "tiré con hombres y con militares y quieras o no, hay una gran diferencia, pero si tienes un buen entrenamiento y unos entrenadores que te motiven, se puede conseguir cualquier cosa". Cuenta que "a nivel nacional sí hay muchas mujeres, pero a nivel regional, no", de ahí que tenga que enfrentarse a hombres cada vez que va a competir de la mano del Club Esgrima Huelva.

La onubense no se pone techo y considera que de cara a la próxima temporada "tengo pensado competir en nacionales o europeos". Paso a paso, "con muchísimos entrenamientos, sobre todo, enfocado en la técnica y a nivel táctico y que el entrenador vea cuáles son tus defectos y qué es lo mejor de cara al futuro". Le toca "tirar mucho e ir haciendo asaltos reales dentro del club" junto a sus compañeros con quien comparte una misma pasión.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último