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"Este año la carrera es más dura y será más difícil llegar hasta Dakar"

  • Tras acabar el año pasado en el puesto 78 como copiloto de un coche, ahora afronta el rally al mando de un camión Mercedes de 650 caballos de potencia con el que puede llegar a los 150 kilómetros/hora

Huelva volverá a contar por segundo año consecutivo con representación en la prueba automovilística más prestigiosa del mundo, el rally Dakar, que volverá a partir de Lisboa (el sábado día 5). Manuel Borrero Gómez (Lucena del Puerto, 25 de diciembre de 1969) afronta su segunda aventura en la mítica carrera. El año pasado, siendo copiloto de coche en el equipo Tibau Racing-Huelva Información, acabó en el puesto 78; ahora vuelve con el mismo objetivo, terminar la carrera, pero a los mandos de un camión, en el equipo Construcciones Borrero-Huelva Información.

¿En esta ocasión ya no será un novato en una carrera tan dura?

Efectivamente, porque la experiencia aquí es un grado y se pierden muchos de los temores que tenía el año pasado. Ahora la responsabilidad es diferente, y además se prevé un rally mucho más duro; en los mapas oficiales de la carrera hay bastantes zonas con el fondo amarillo, y eso significa arena, mucha arena, lo que conlleva peligro; otros años el amarillo era más raro, escaseaba.

¿Qué diferencias hay entre ser copiloto en un coche a llevar un camión?

Es otro mundo; mi etapa de copiloto fue un paso más para llegar a este fin. Ser copiloto ayuda a entender las circunstancias de la carrera; también he estado en el trial, hay que aprender a conducir un camióný todo eso son pasos para llegar a donde estoy ahora. Con esto empiezo un sueño, porque mi idea es siempre estar metido en la aventura; hoy es el Lisboa-Dakar, pero mañana puede ser el Rally de la Patagonia en Chile, creado recientemente y similar a esta prueba, o el Dakar-Pekíný donde haya aventura me gustaría participar.

¿Con qué vehículo cuenta en esta ocasión?

El camión es un Mercedes Benz 1844 AK, un 4x4 con 650 caballos de potencia, ideal para pilotos privados, aunque no tiene nada que ver con los de los equipos punteros. Consume un litro por kilómetros, y a veces, cuando vas por arena, más.

¿Qué velocidad máxima puede alcanzar?

Puede llegar a los 150 como máximo, es algo que está limitado por reglamento.

¿Qué se suele llevar dentro de un camión tan grande?

Hay que partir de la base que el peso hace daño, porque perjudica al andar, a la mecánica, y tenemos que recorrer miles de kilómetros. Se lleva lo imprescindible para arreglar una avería no muy gorda: una bomba de agua, alternador, muchas herramientas, manguitos, pegamentos y soldaduras de todo tipo, recambios, neumáticos. Mi camión es un T4 y lleva unos 300 kilos; los T5, que son los de asistencia, llevan todo el material necesario de reposición.

¿Quiénes integran su equipo?

Como copiloto está Pedro Gimeno, de Huelva capital, y también Jesús Cámara, de Jaén, que es mi mecánico en las pruebas de trial. Mi hermano (con el que ha conseguido varios títulos) va a seguir el Dakar en otro camión pero de turista, junto a Antonio Gil, un amigo de Mazagón. Irán haciendo fotos y nos prestarán alguna ayuda externa si hubiese un problema gordo.

¿Cuántos kilos se suele perder tras una carrera de tantos días -el Dakar empieza el 5 de enero y acabará el 21?

La alimentación en esta prueba la pone la organización y es excelente, hay buena carne, buen pescado; en mi caso puedo perder 5 ó 6 kilos, pero depende, porque si voy bien en carrera y llego con tiempo a los sitios me harto de comer. Mientras conduces sólo te da tiempo a beber agua, muchísima agua.

¿Y da tiempo para dormir bien?

Si tienes suerte y va todo bien puedes dormir unas 5 ó 6 horas al día, pero igual tienes un problema y te pasas la noche entera sin dormir tratando de solucionarlo para no abandonar.

¿Le preocupa la seguridad?

Puede ocurrir algo, pero no es un tema que me preocupa en exceso, porque la seguridad es enorme. En Mauritania, por ejemplo, los derechos humanos como los entendemos aquí no existen; aquí si matas o haces algo malo enseguida te aplican los derechos humanos, pero si lo haces allí ten por seguro que no lo volverás a hacer, porque en esos países cuidan mucho el turismo. Cuando estoy aquí o en un sitio 'occidental' mi vehículo duerme en el garaje, pero cuando paso de Marruecos para abajo duerme en la calle, porque no suelen robar.

El año pasado dijo que lo que le da grandeza a la carrera es Mauritania donde puedes recorrer cientos de kilómetros sin ver nada.

Este año hay mucho recorrido por Mauritania y a mi quizás me venga bien, porque soy especialista en arena, aunque también habrá muchos kilómetros de piedra, que castigan mucho los vehículos. Este año será mucho más difícil terminar y llegar al lago Rosa de Dakar.

¿Ha seguido alguna preparación especial para competir?

Sí, sobre todo los hombros y los brazos, por el tema del volante. Y a nivel de competición, he renovado el título de campeón de España de trial 4x4; fui 1º en el Open Andaluz 4x4 y tercero en la Baja España, que es puntuable para la Copa del Mundo. Está siendo un año increíble.

La palabra peligro no sé si es correcta, porque aquí está todo muy controlado, los vehículos son seguros, hay mucha experiencia. El peligro es la presión interior que tú tengas; yo voy con el objetivo de disfrutar, mi vida no es esta carrera, pero sería distinto si fuese un piloto profesional y tuviera que mantener a mi familia, o bien mi continuidad en un equipo dependiera de los resultados que sacase; por eso los accidentes suelen ser de aquellos que van arriba en la clasificación; en ese sentido yo no tengo problemas. Además, aquí están los mejores traumatólogos del mundo, porque participa gente muy rica, con mucho dinero. El Dakar es una carrera segura; por ejemplo, si pasas por una aldea o por un pueblo la velocidad puede estar limitada a 30 kilómetros por hora, y si te excedes tienes una multa, e incluso te pueden echar; además, hay que tener en cuenta que todos estamos controlados por satélite.

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