San Roque de Lepe

Álex Hornillo está en la cuerda floja

  • Un bache de un triunfo en las últimas cinco jornadas colocan al técnico en el centro de la diana lepera

  • La inestabilidad en el banquillo aurinegro persigue al equipo desde su descenso

Álex Hornillo da indicaciones en un partido del San Roque

Álex Hornillo da indicaciones en un partido del San Roque / H. Información (Huelva)

No acaba de dar con la tecla el San Roque de Lepe en su intento por volver a 2ª B, al menos en lo que al inquilino de su banquillo se refiere. Tras descender a Tercera División al final de la temporada 2015-16, el de este año es el tercer intento por recuperar la categoría y, aunque no se hayan disputados más que 14 jornadas de la presente campaña, las sensaciones que deja el equipo no son las más halagüeñas a la hora de ver cumplido el ansiado objetivo de conseguir el ascenso a 2ª B.

Sea cual sea el diseño de plantilla, optando por juventud o por experiencia, o el tipo de entrenador elegido para hacerse cargo del equipo, los dos primeros proyectos del San Roque con los Gaitán al frente del club en el aspecto económico no han sido ni mucho menos satisfactorios, y este tercero, pese a tener una plantilla capacitada para estar arriba, según la mayoría de conocedores del grupo X de Tercera División, lleva el mismo camino, si no se le pone remedio de ahora en adelante.

Centrándose en la figura del entrenador, el primer año fue David Torres Chiqui el encargado de dirigir al equipo. El buen final de esa temporada le dio al técnico sevillano la oportunidad de seguir entrenando al conjunto aurinegro, pero por unos temas o por otros, el caso es que el equipo no acabó de funcionar. Tampoco lo hizo con Cándido Rosado, sustituto de Chiqui, ni con Antonio Rueda, tercer entrenador del San Roque el año pasado, a pesar de ser los tres técnicos de perfiles muy diferentes, aunque siempre con la presencia permanente como miembro del cuerpo técnico de Adrián Gaitán, hijo de Antonio Gaitán, principal aportador de dinero para el equipo lepero.

Este año se optó por un entrenador debutante en los banquillos, pero con un buen cartel en el entorno aurinegro, tanto entre la directiva como entre la afición

Este año se optó por un entrenador debutante en los banquillos, pero con un buen cartel en el entorno aurinegro, tanto entre la directiva como entre la afición. Álex Hornillo fue el elegido para el puesto, con el encargo de tener al San Roque peleando por los puestos de play-off.

A pesar de un comienzo de competición con algunas dudas, tres victorias consecutivas entre las jornadas 7 y 9 le permitió al San Roque igualar a puntos con la cuarta plaza, pero desde entonces solo ha podido conseguir un triunfo en las últimas cinco jornadas, además de cuatro derrotas que le dejan más cerca de la zona de descenso, 4 puntos, que de la de play-off de ascenso, 7. Se puede alegar en algunas de estas derrotas ciertas decisiones controvertidas de los árbitros de turno, pero en otros partidos, como reconoció el propio Álex Hornillo tras la última derrota este sábado ante el Cádiz B, “en algunos momentos el equipo estuvo desconcentrado y con falta de actitud”, a lo que añadió que “no fuimos contundentes en ninguna de las dos áreas”.

La consecuencia habitual en cualquier equipo de fútbol después de que un entrenador diga estas palabras suele ser su salida del mismo. Y aunque a una figura como la de Álex Hornillo que le ha dado tanto al San Roque en sus muchas temporadas como futbolista se le puede perdonar alguno de sus posibles errores, la dinámica del fútbol no suele otorgar este perdón y acaba perjudicando siempre al eslabón más débil de la cadena, que siempre suele ser el entrenador.

Así las cosas, habrá que ver si la dirección deportiva del club aurinegro sigue confiando en su actual técnico, por lo menos hasta el próximo partido en Los Barrios (domingo 18, 17:00), o decide dar por terminada la primera aventura en los banquillos de Álex Hornillo.

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