Velocidad en El Nido
Pekín 2008 - atletismo
Arrancan las series de atletismo con los 100 metros masculinos como centro de las miradas · Una sola reina en las mujeres, la pertiguista y plusmarquista mundial Yelena Isinbayeba




Usain Bolt, Asafa Powell y Tyson Gay, los tres atletas más rápidos de la historia, dirimirán en la pista del Nido, a la distancia de 100 metros, el duelo más alucinante de los Juegos Olímpicos, aunque 1.300 millones de chinos prefieran el combate entre el héroe nacional, Liu Xiang, y el cubano Dayron Robles en 110 metros vallas.
La irrupción del jamaicano Usain Bolt, el 31 de mayo pasado, en la prueba reina de la velocidad, con una nueva marca mundial en Nueva York (9,72), ha devuelto el máximo interés a la carrera de 100 metros, que busca un sucesor limpio para el campeón de Atenas 2004, el estadounidense Justin Gatlin, sancionado por dopaje.
Cuando Gatlin obtuvo con un crono de 9,85 su título olímpico en la cuna del olimpismo, se declaró orgulloso de haberlo conseguido limpio, pero dos años después dio positivo por testosterona. En aquella carrera, los cinco primeros bajaron de 9,94 y Asafa Powell sólo pudo ser quinto.
La carrera de 100 metros, la más carismática del atletismo, se afana, con mediocres resultados, por escapar a la sombra del dopaje que la ha asolado a lo largo de la historia, sobre todo desde que Ben Johnson, cazado en el control, hubo de abandonar con nocturnidad de bandido los Juegos de Seúl. En Sidney 2000, la confesión de culpa de Marion Jones dejó el crédito de la prueba por los suelos, y el escándalo de los griegos Ekaterina Thanou y Kostas Kenteris en Atenas terminó de hundirlo.
La sangre renovada que aporta Usain Bolt, de 21 años, puede ser el reactivo que devuelva a los 100 metros su antigua prestancia, coincidiendo con una situación favorable: la concurrencia de tres atletas que en los últimos meses han logrado las ocho mejores marcas de todos los tiempos.
La final del próximo sábado promete revivir emociones tan intentas como la de hace 20 años en Seúl, cuando Ben Johnson y Carl Lewis ocupaban la palestra. Sobre Bolt (plusmarquista mundial), Powell (su antecesor) y Gay (campeón del mundo) recaerá la responsabilidad de dar al mundo un campeón limpio.
Para los aficionados chinos, sin embargo, la gran cita es el 21 de agosto, fecha de la final de 110 metros vallas. A sus 25 años, Liu Xiang, defensor del título, soportará la enorme presión de ser el depositario de las esperanzas de 1.300 millones de chinos de conseguir una medalla de oro en atletismo, y sufrirá además la feroz competencia del cubano Dayron Robles, que el 12 de junio pasado le arrebató el récord mundial con un registro de 12,87.
Las condiciones físicas de Xiang arrojan dudas. Desde el 23 de mayo no ha sido capaz de completar una sola carrera, pero la experiencia demuestra que el vallista de Shanghai sabe estar a punto en el momento adecuado. Robles, cuatro años más joven y en posesión de cinco de las seis mejores marcas del año, pondrá a prueba la exquisita técnica del chino.
Otros grandes del atletismo competirán en el Nido, pero sus pruebas no alcanzarán niveles de interés tan elevados como las dos carreras masculinas más cortas del programa. En 400 metros, al campeón olímpico y mundial, el estadounidense Jeremy Wariner, le ha salido un adversario de cuidado este año, su compatriota LaShawn Merrit, que le ha batido dos veces, aunque los últimos enfrentamientos se han decantado del lado del campeón.
En 1.500, el estadounidense de origen keniano Bernard Lagat, doble campeón mundial el año pasado en Osaka (1.500 y 5.000) intentará idéntica hazaña en una prueba cuyo escalafón del año está copado por kenianos, con Daniel Kipchirchir Komen a la cabeza (3.31,49).
Las pruebas de fondo pondrán en acción a sus grandes figuras africanas. El etíope Kenenisa Bekele defenderá su corona en 10.000 metros en presencia de su maestro Haile Gebrselassie, plusmarquista mundial de maratón, que en Pekín se inclinó por la distancia más corta para minimizar los efectos de la polución y, sobre todo, guardar fuerzas para un lucrativo maratón en otoño.
La competición femenina tiene una sola reina: Yelena Isinbayeva, que el 30 de julio batió en Montecarlo su marca mundial número 23 de pértiga, con un salto de 5,04 metros. Si el atletismo arroja algún récord mundial en Pekín, la primera candidata es Isinbayeva, y sólo en segundo lugar la croata Blanka Vlasik, que lleva dos años intentándolo en salto de altura.
En 800 metros la keniana Pamela Jelimo, autora de tres récords mundiales júnior desde mayo. Invicta en ocho carreras, aporta la segunda mejor marca del año (1.54,97) pero la más rápida de la campaña, la rusa Yelena Soboleva (1.54,85) ha sido suspendida, junto a otras seis compatriotas, por fraude en controles de dopaje.
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