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Tocar no es suficiente (3-0)

  • El control absoluto del esférico por parte albiazul no se tradujo en profundidad ni en ocasiones. En las pocas oportunidades que llegó el Racing se encontró con una defensa permisiva.

Un rondo sin resultado y una goleada encajada ante un pobre Racing al que el Decano le regaló la primera parte y lo metió en el partido en la segunda. El Recre tiene muy claro que quiere construir su fútbol desde la posesión y el toque, pero todo ello debe conducir a la profundidad y el área contraria. Cuando se queda en manejo horizontal el desenlace más probable es que el ofreció en El Sardinero.

El Recreativo sabía que el Racing le iba a dar la pelota para esperarlo bien agazado y salir a la contra. Con lo que no contaban los albiazules era con una oposición tan blanda y timorata como la presentada por los cántabros. Un futbolista contra diez. Jairo a la espalda de Fernando Vega fue todo lo que pudo ofrecer Fabri para frenar a un Decano que vivió durante la mayor parte del tiempo en campo contrario. Alejandro tuvo que ver de lejos las espaldas de sus compañeros. Mucho se iba a acordar luego de esos minutos.

Un aviso dio el Racing en toda esta primera mitad. Fue con su único argumento. Balón en largo a Jairo que ganó la línea de fondo. Su centro se envenenó, por una falta no pitada sobre Zamora, y sacó la defensa con algunos apuros. Eso fue todo. Desde ese minuto diez hasta el descanso la única incertidumbre que tuvo el choque fue saber si el Recre se iría al vestuario por delante en el marcador o le perdonaría la vida a su oponente.

El control de la pelota fue abrumador, pero sin profundidad. A los cántabros les duraba el cuero lo que su portero tardaba en sacar y devolver al dueño absoluto de la situación. El centro del campo recreativista impuso su toque. Los racinguistas se limitaron a correr detrás y presionar lo que pudieron, que no fue demasiado. Pero esa dominio tuvo un lunar. Superada la línea de tres cuartos los onubenses adolecieron de velocidad para triangular con la velocidad necesaria como para transformar la posesión en ocasiones.

Tras un primer aviso de Chuli al primer palo al cuarto hora, tuvo que esperar a pasar la media hora para generar miedo a su oponente. Cruzada esa línea metió por completo al Racing en su área. El futbolista más adelantado de los santanderinos apenas se separaba de la frontal de su propia área. Ni por asomo podía pensar en pisar la contraria. Pero las ocasiones no llegaron ni a fuerza de merodear la meta de Dani Sotres. El cancerbero veía lunares por todos lados, pero prácticamente no tuvo que intervenir más que para sacar de fondo y devolverla al dueño del cuero. Y así una y otra vez, pero sin peligro real y con una sensación creciente de estar regalando la primera mitad a un conjunto enfermo.

Dos oportunidades no le iba a conceder el Racing. Fabri adelantó líneas en la segunda mitad para equilibrar la pelea. El cambio de actitud surtió efecto. Al Decano lo pilló desprevenido. Desde el primer balón quedó claro que era otro partido. El Recre se empeñó en seguir por la misma tónica. Delante ya no estaba el flan que no había sido capaz de devorar.

Si los cántabros pusieron de su parte para oponer una resistencia algo más seria, los albiazules hicieron el resto. El primer regalo de la tarde fue el 0-0 del descanso, el segundo no se hizo esperar. Un fallo en cadena de la defensa albiazul dejó a Jairo solo ante Alejandro. El asturiano fue blando en su salida y no pudo cortar el cuero, que se le quedó de nuevo al atacante racinguista franco para el remate a puerta vacía. Los regalos no se devuelven (57').

Increíble pero cierto. Con un control absoluto del esférico y por detrás en el marcador. Ni los locales se lo podían creer. El Recre acaba de recibir una lección importante. Con tocar no es suficiente. El balón sin verticalidad, velocidad y profundidad no es útil. Debe tenerlo y administrarlo con sentido, más allá de la posesión por la posesión, porque en términos reales las aproximaciones al área de uno y otro no eran muy diferentes.

Quedaba mucho tiempo por delante y el Racing había demostrado por donde flaqueaba. Era cuestión de recuperar la serenidad suficiente como para buscarlo con el mensaje captado. No se presentó la oportunidad. Piñeiro Crespo remató la tarde. El colegiado pitó un penalti que no pidieron ni los cántabros. Kaludjerovic hizo el segundo a la hora de partido.

El resto fue querer y no poder. Correr cuesta arriba frente a un Racing que pudo dedicarse a lo que mejor sabe. Se escondió y buscó una contra letal. El Recre lo intentó con toda su artillería sobre el campo. Brozek, Alexander, Rubio... No había nada que hacer. Con el tiempo cumplido Gai puso el punto y final a la tarde del toque sin fin, a la forma sin el fondo.

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