El Club Balonmano Pedro Alonso Niño de Moguer celebró el jueves su particular fiesta de fin de año con una jornada deportiva que reunió a jugadores de todos los escalafones inferiores, que un año más disfrutaron de las enseñanzas de José Manuel Sierra, el ídolo colectivo. Como siempre, su club de origen le correspondió con un reconocimiento a su generosidad e implicación.

El portero de Pick Szeged de Hungría y campeón del Mundo con España en 2013, estuvo entrenando con los chavales, dándoles consejos y participando en varios de los partidos que se disputaron como uno más, algo que ha venido haciendo en los últimos años aprovechando sus días de vacaciones en casa.

La colaboración entre Sierra y su club natal sigue siendo buena y él está encantado de ayudar a todos los jóvenes que quieren aprender y progresar en este deporte. "Para mí es un placer haber compartido la tarde con el balonmano onubense en Moguer. Para ellos soy un referente y pasar una tarde juntos es bonito. Además van mis hijos y se lo pasan también bien", explicó el meta internacional.

José Manuel Sierra se ha abonado a terminar el año ejerciendo de profesor de todos los que quieren seguir sus pasos y alcanzar como él la élite del balonmano, en la que a sus 39 años sigue instalado dando un elevado nivel.

El moguereño, que augura un gran futuro a la cantera y desea que el primer equipo recupere pronto la categoría perdida, hizo balance del que ha sido su año con su equipo y apunta sus objetivos para 2018 y en ambos casos la palabra clave es "un título". "En el final de la pasada temporada no conseguimos un título, que es lo que estábamos buscando", señala Sierra sobre el ejercicio realizado por su club, que volvió a perder los duelos claves con su eterno rival, el Veszprem. No obstante, "competimos con ellos de tú a tú".

El balance que hace es "bueno", algo que también lo es a nivel personal, pues "me concedieron el premio de mejor jugador del equipo la pasada temporada".