En ocasiones, el fútbol, que no suele tener término medio, nos pone, casi sin pretenderlo, en la exageración. Es como dejarse llevar por la pasión que despierta. Y puesto ahí, sin pretenderlo, da la impresión, aunque se trate de la cuarta jornada de la liga, que el Cartaya se sitúa ante una final en toda regla ante el Conil (sábado, 17:30, estadio Luis Rodríguez Salvador).

Es posible que sea difícil de entender y de explicar, pero lo intentaremos. Resulta que acumula dos derrotas consecutivas, que tiene tres puntos de nueve posible y lleva mucho tiempo sin ganar un partido oficial en casa. Como ven, motivos suficientes como para que el partido se vista de importancia por todos lados.

La cita, además, descubrirá varias cuestiones. La primera, el estado moral después de lo que supuso perder en Jerez cuando el Cartaya sonreía. La segunda, comprobar si el entrenador apuesta por el atrevimiento o por la mesura. En la Juventud, vimos dos cartayas diferentes. El primero apostó por la defensa pura y dura y cuando marcó el Xerez, se desnudó por completo. En el fútbol existe la necesidad y el convencimiento. El otro día le obligó la necesidad cuando perdía y luego demostró que puede jugar de otra manera. Todo radicará en el discurso y las instrucciones.

El caso es que para ganar el Conil, el conjunto cartayero precisará un poco de todo. Defensa firme, no cometer los errores infantiles que le están condenando y acierto. Además, debe dar más calor a Wocjik, imperante ante el gol, tres en tres partidos, que en muchas fases de los encuentros es la soledad más absoluta.

El rival se presenta con avales suficientes como para tenerle el máximo respeto, cinco puntos en su haber y amenazante en grado extremo. Se presume que es un rival directo, luego los puntos pueden tener doble valor de cara a la próxima primavera.

Luego está la alineación. Seguramente el entrenador prescinda de las dobles parejas que presentó en los costados en Jerez, luego el once sufrirá cambios. Con doble lateral por las alas es jugar muy en función del enemigo y eso resta operatividad en ataque. Y el Cartaya necesita volar para llegar al triunfo.

Así el panorama y si Franci Ruiz está recuperado del estado febril que le apartó de jugar en Jerez, el once rojinegro podría estar formado por Adrián en portería, Manuel, Franci Ruiz, Joao Lobo y Novoa o Carlos Martínez en defensa. Cerpa, Mario,  Miguel Fernández y Lolo en el centro del campo, con José Díaz en el enganche y Wocjik en la punta del ataque.

Así se presenta el partido y la vida para el Cartaya, de exigencia máxima, porque perder sería meterse en líos y ganar respirar por sí solo. Como ven, la cita no tiene término medio, luego no caben las especulaciones ni hacer las cosas sin el máximo convencimiento.