El PAN Moguer saborea por fin su primer triunfo

Tras demasiados encuentros en los que el vestuario del Club Balonmano Pedro Alonso Niño de Moguer acababa lleno de jugadores cabizbajos, esta vez pudo haber sonrisas y un ambiente de fiesta, y con motivos de sobra. El equipo amarillo logró su primera victoria de la temporada al ganar 33-30 al Montequinto, pero además del resultado logró desarrollar un buen juego y realizar un encuentro a gran nivel a lo largo de los 60 minutos de juego.

Hasta ahora la voluntad y el trabajo estaban ahí, pero al equipo le faltaba un plus para competir más y tener los argumentos suficientes para aspirar a ganar un encuentro. En esta ocasión mantuvo el nivel competitivo y se mostró más sólido en defensa, con Emilio Guerrero alcanzando las 20 paradas. La zaga se implicó más y se notó la entrada de un hombre de altura como el alemán Felix Bross, pero donde el equipo dio la talla especialmente fue en ataque, ya que la dinámica del encuentro tendió hacia un duelo de pistoleros.

El equipo demostró tener más variedad de recursos y efectividad, y la entrada del capitán Sergio Cruzado fue importante por su aportación de goles (5) y para articular el ataque, donde brillaron Dani Podadera (8), Gonzalo Álvarez (7) y Javi González (4).

Desde el principio el equipo demostró una buena cara ante su afición y marcó como pauta poner intensidad en su juego y efectividad, con el propósito de ganar terreno antes que su adversario.

El duelo comenzó igualado con un empate a seis en el minuto 14. A partir de ahí el PAN Moguer logró un parcial de 4-2 culminado por Javi González (12-8), llegándose al descanso con 16-14.

El cuadro sevillano no dijo su última palabra e igualó a 17, golpe de autoridad que fue contestado nuevamente por el PAN Moguer, que a 15 minutos para el final estaba tres arriba (26-23).

A diez para la conclusión el duelo pintaba más de amarillo que de cualquier otro color (29-25). Los dobletes de Sergio Cruzado y Álvaro Quintero en esta fase del partido echaron más leña al fuego de su buen ritmo goleador, que dejó casi sentenciado el choque a cinco minutos para el final. Ya sólo un hundimiento podía evitar que se escapara el triunfo, pero el equipo amarillo siguió apretando los dientes y se impuso 33-30, una recompensa que ha tardado demasiado en llegar pero que puede ser el punto de inflexión.