fútbol división de honor sénior / Primera andaluza

La Olímpica gana y vuelve a sonreír

  • Marcan Braulio y Javi Rodríguez

  • Debut de Santizo e Iker Begoña

José Santizo e Iker Begoña ya tienen pedida la revisión con el cardiólogo. Sólo les ha hecho falta un partido para llevarse la mano al pecho. Este club no es apto para cardiacos. Ayer tuvimos otro de esos encuentros con cimas y destierros. O al contrario, porque la Olímpica comenzó perdiendo y acabó ganando a base de coraje. ¡Ay, Chemi!

El nuevo entrenador valverdeño, perdón, sevillano, no ha tenido tiempo para establecer muchas leyes, pero no le ha hecho falta. Mismo sistema, mismos jugadores, pero voilá, otra identidad. Lo que hubiese sido un babuchazo en cualquier otro partido, ayer fue un revulsivo. El gol de Jero Baena quedó en anécdota, aunque pudo ser muy hiriente.

Sobre todo, para Iker Begoña. El ex del Recreativo de Huelva o el Albacete, entre otros, debutó lesionado y se retiró dañado. Se valora su esfuerzo y se critica su imprudencia. Mientras probaba su continuidad perdió la marca y encajó el primer gol. No se fue al banco, quiso seguir y sólo se bajó las medias a base de convencimientos. Desde el banquillo pudo ver la remontada de su nuevo equipo. El duodécimo, con 41 años. ¡Casi nada!

El juego de la Olímpica no fluyó bien. Es algo lógico, dentro del rodaje del nuevo técnico y fuera de la convulsión de la semana. Pero, a falta de pan, buena es la intensidad. Comenzó a ganar terreno y llovieron las oportunidades. Desde el cielo, directas a la cabeza y el pie de Braulio, en tres ocasiones, y Zambrano, en otra. Ninguna llegó a la red. Sólo lo hizo un penalti, transformado por el ariete sevillano, a consecuencia de manos dentro del área. Empate (1-1).

La segunda mitad fue otro partido diferente. Sin una Olímpica necesitada, el dominio se estabilizó entre la bronca de ambos conjuntos. Dureza empleada con un expulsado entre los visitantes. Para entonces, el cuadro valverdeño ya había remontado. Gol milagroso de Javi Rodríguez. No por el fondo, sino por la forma. Incluso, más tarde tuvo un disparo lejano para sentenciar, que lamió el travesaño.

El Algabeño hizo poco por empatar. Muy pobre imagen del equipo que dirige Diego Tristán. Algún centro al corazón de Nacho y poco más. El único miedo de la Olímpica es el pasado más reciente. Otros domingos, esos servicios por el área terminaban en la red. Ayer, no. Casi más peligro llevaron Ordóñez y Cata por sus bandas. El primero, sigue sin conocer lo mucho que puede dar de sí el calibraje de su moto, mientras el segundo salió desde el banquillo para tirar por tierra la honradez de sus rivales. Dos regates como dos goles, que no terminaron en eso.

Partido serio en líneas generales de la Olímpica. Revitalizante para el técnico. Optimista para el aficionado. Y balsámico para los jugadores. ¡Ay, Chemi!

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