Los Ojeda pisan fuerte

Bádminton l Liga Nacional de División de Honor

La estirpe de los campeones tiene en el CB IES La Orden el apellido de su director técnico, Paco, y dos de sus mejores jugadores, Haideé y Eliezer · Padre e hijos vivirán mañana el día más grande de su club

Haideé (i) y Eliezer flanquean a su padre, Paco Ojeda, antes del encuentro de ida de la final de 2009.
J. R. / Huelva

29 de abril 2010 - 05:02

Paco Ojeda es el alma mater del CB IES La Orden. Su nombre está ligado como ningún otro al bádminton en Huelva y al club de la barriada capitalina, que nació casi a la misma vez que sus hijos. Así no era de extrañar que el apellido Ojeda siguiese ligado a este deporte con el tiempo, en el que Eliezer y Haideé están contribuyendo a su popularización con sus éxitos.

Los primeros recuerdos de los dos hermanos están ligados a raquetas y volantes; a la palabra bádminton en boca de sus padres y a los partidos y entrenamientos en el pabellón del instituto de Enseñanza Secundaria.

"Yo tenía una raqueta sin caña, casi más grande que yo, y la llevaba a todas partes. Mientras los grandes jugaban, Yonatan Longo y yo le dábamos a la raqueta en los pasillos", rememora Eliezer.

Haideé, un poco más joven, ve a su hermano jugando y a ella misma mirándole y queriéndole imitar; al hermano y al padre, claro. "Empecé a jugar -cuenta- en la escuela deportiva, pero como también hice con otros deportes. Lo que pasa es que el bádminton me gustó más porque me divertía mucho".

"Era lógico que a ellos les llamara la atención. Yo tenía mi escuela, mi club, y les dejé que probaran. Y les gustó. Están con el bádminton porque quieren. Y yo, por supuesto, contentísimo de que hayan optado por este deporte".

El orgullo de padre que se deduce de las palabras de Paco Ojeda tiene toda su justificación. Son muchas las bondades del bádminton como deporte; mayores entre los más pequeños; así que, si recomendaba su práctica a otros padres, ¿cómo no iba a quererlo para sus hijos?

Pero lo que empezó casi como un juego acabó siendo algo más serio. Haideé y Eliezer coinciden en destacar los viajes como su principal aliciente siendo niños. "Jugábamos mucho por Andalucía y eso nos permitía conocer otros lugares, a otros niños y dormir fuera de casa con nuestros amigos. Bueno, con nosotros venía siempre nuestro padre, pero era distinto".

Las victorias llegaron con más frecuencia; y las llamadas de la selección andaluza. Luego el paso por el Centro de Tecnificación de la FAB y, más tarde, el ingreso en el CAR de la Residencia Blume de Madrid, donde siguen entre la élite.

Paco, director técnico del club y entrenador desde sus inicios, no se tiene por un padre pantojita, que exigiera más de la cuenta a sus hijos en la pista: "Bueno, puede que en algún momento puntual lo fuera, pero siempre traté a todos mis jugadores de la misma forma".

Tal es así que hasta la propia Haideé recuerda más de una bronca continuada de su padre (versión entrenador) a la que sólo encontraba explicación en casa: "Entonces me hablaba de las cosas a mejorar y me quedaba conforme; ya sabía que no era que me tuviera manía".

Paco habla de todos sus pupilos como si de hijos fuera, aunque reconoce que Haideé y Eliezer son motivo de orgullo y alegrías. Ahora, junto a ellos, tiene la posibilidad de ganar un título de Liga. Hacerlo en familia, no tiene precio.

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