Nuevo formato para el legado de Berrocal

El polifacético y polémico José Luis Martín Berrocal tiene en su haber como presidente del Recreativo de Huelva más sombras que luces en sus etapas (1964-1967 y 1971-1975) poniendo a la entidad en la cúspide de las discordias por rentabilizar sus argucias al límite del reglamento y falta de compromiso económico con la plantilla, pero pasará a la historia por la creación del trofeo Colombino en un arrebato y orgullo de introducir a Huelva y al Decano en la pugna veraniega con dos colosos como Teresa Herrera y Ramón de Carranza.

El carismático empresario y presidente de prisa y corriendo promovió una aventura que con el devenir se ha consolidado como un icono en el palmarés del club decano del fútbol español

Los tres torneos estelares del verano español han adquirido lemas para hacerlos más comprensibles, atractivos y adaptados a sus respectivas idiosincrasias. Así, el coruñés, decano de los trofeos, se le consideró un mundialito del fútbol; al gaditano se le otorgó el título llamativo de trofeo de los trofeos y aquí, en Huelva, el genial y polifacético periodista autodidacta sevillano José Antonio Blázquez, que también inventó para la historia el jugador número 12 como reclamo previo a un España-Irlanda de 1964 en el Sánchez Pizjuán, acuñó una frase mágica para encuadrar el Colombino como fútbol-fútbol a orillas del Tinto y del Odiel en conmemoración aquellas ediciones espectaculares de juego ofensivo y goleador que prendió en los corazones de los auténticos aficionados.

La magnífica idea de un díscolo Berrocal, en su segunda temporada como mandatario del Decano, fue un despertar para la Huelva deportiva. Tantos años de vivencias en la cuna del fútbol y no era posible palpar el aliento de los mejores jugadores del mundo, de los grandes equipos cargados de títulos. Una apertura incógnita para sellar un hito histórico: triangular con los equipos más antiguos de Italia (Genoa), Francia (Racing de París) y España (Real Club Recreativo de Huelva), que dejó el primer título en casa del organizador fomentando la inercia de progresión de una relación de futuro incierto. Las cuatro primeras ediciones curtieron a una organización muy precaria, que sufría en las confecciones de los carteles ante el poderío de Teresa Herrera y Ramón de Carranza. Hasta tal punto que en el cuarto trofeo colaboraron dos periodistas, Manuel Guerra y José Antonio Blázquez, en los contactos urgentes con el Real Betis y las Fuerzas Armadas de Marruecos (FAR de Rabat) que tras la angustia de cerra el mismo, luego obligó al Recreativo a ceder la responsabilidad al Ayuntamiento de Huelva y a su alcalde Federico Molina Orta quedando también el Decano fuera del cartel.

El impulso y la consolidación se forjaron desde la V a la XII edición con la presencia de la élite del fútbol europeo y mundial. La apoteosis llegó al desaparecido estadio Municipal con las gradas abarrotadas por los beneficios que dieron la venta de abonos fraccionados durante seis meses para facilitar la presencia de Huelva y su provincia. Una de las épocas doradas de renovación post yeyé del Real Madrid todavía con los Bentancort, Junquera, Sanchis, Zoco, Amancio, Gento, Pirri, Velázquez, Grande, Grosso… elevaron el torneo a cotas competitivas con Teresa Herrera y Ramón de Carranza cumpliendo el reto inicial de su fundador, Martín Berrocal. Y la frescura de la samba de los indisciplinados de los brasileños de Sao Paulo facilitó la apertura del trofeo al fútbol mundial. En esta etapa de solidez aparecieron con los clubes centroeuropeos y rusos como Spartak de Moscú, primer equipo soviético en llegar a España, Dínamo de Tblisi, los húngaros Stal Mielec, Ujpest Dozsa, Honved de Budapest, los belgas Beveren y Standard de Lieja, la desilusión del gran Bayern Munich, Slovan de Bratislava, Dínamo de Bucarest, Dínamo de Zagreb…

A partir de la edición XIII retoma la organización el Recreativo de Huelva y entra en liza más equipos españoles buscando la cercanía de las aficiones, siendo relevante el debut del Barcelona, que en dos participaciones defraudó a sus incondicionales con un segundo y un tercer puesto. El trofeo Colombino mantuvo su cartel cuadrangular hasta la edición XXX (1993). Sólo una vez han sido invitadas selecciones nacionales con motivo de la conmemoración que dio el torneo al V Centenario del Descubrimiento de América en 1992 (XXIX edición) bajo control de la creación de un Patronato expreso a nivel provincial para realzar este evento histórico y que atrajo a las selecciones de Chile (campeón) y Uruguay completando con Recreativo y Benfica, sin atractivo para un torneo en alza. Un cartel triangular se ha hecho seis veces (1994, salvado por una acción de Ruiz de Lopera, 1995 con el ascenso del Mérida a Primera, 2005, 2007, 2008 y 2009).

El alma del trofeo Colombino es el Recreativo de Huelva, que sólo ha estado ausente en 10 ediciones. El palmarés recoge a 66 participantes de 24 países de tres continentes con 21 campeones. La carabela de plata se la adjudicó el Decano en 12 ocasiones, seguido de Real Betis con 17 participaciones y cuatro títulos, Sevilla con 15 visitas y también cuatro títulos. Y completa el Atlético de Madrid con 12 invitaciones y cinco títulos (después del decano el que más) los auténticos valedores de la estabilidad del torneo. La novedad de un cartel a un sólo partido es la apuesta de SOS que traslada a la afición el consejo de administración del Recreativo para prolongar la estela de un crédito acumulado dentro de las muchas vicisitudes que ha atravesado la singladura de la carabela de plata y todavía con el sustento de las cláusulas de traspasos de jugadores. Caso del Atlético de Madrid con Sinama Pongolle. El trofeo Colombino es santo y seña del fútbol en Huelva desde 1965 y se erige en otra partida de nacimiento en su lucha por la supervivencia.