Mano dura a petición propia

Ver para creer. En un mundo como el fútbol profesional, en el que los focos y las estrellas eclipsan la realidad, cuesta encontrar un vestuario que pida en voz alta mano dura. Nunca una 'vara' fue tan bien recibida como la que Alcaraz parece haber impuesto en el Recreativo en su regreso. El técnico granadino es sobradamente conocido por la disciplina que impone allá por donde pasa. Incluso en alguna ocasión le ha generado algún contratiempo y ha sido tildado de excesivamente duro por ello. No obstante, ahora se encuentra con una situación sorprendente. Son los propios futbolistas los que le piden que sea severo.

Como los malos alumnos que quieren aprender pero saben que necesitan que se les apriete. Los albiazules saben que pueden, que no lo hayan hasta ahora todo lo bien que podrían y piden que se les exprima para dar de sí todo lo que llevan dentro. Las palabras de un hombre como Javi Fuego, que suele ser claro en sus exposiciones, demuestra hasta qué punto es necesaria la disciplina porque "es lo que le hace falta" al equipo para reaccionar, y empezar a salir de la zona baja de la tabla en la que se encuentra en estos momentos.

Como ejercicio de autocrítica expuso: "Los jugadores somos muy cómodos por naturaleza y, en el momento en que se nos deja de apretar, quizás bajamos un poco los brazos. Necesitamos, de vez en cuando, que alguien esté con la vara detrás de nosotros para apretar los dientes. Es lo que le hace falta al equipo para reaccionar y recuperar de nuevo el tono en los partidos".

De esto modo, el asturiano respalda el plan de trabajo impuesto por el granadino, con quien deja entrever que se siente a gusto ejercitándose. "Cada maestrillo tiene su librillo. Si hubiese una fórmula mágica en la que todos los entrenadores trabajasen igual, y con la que todos los equipos funcionasen al cien por cien, la utilizarían, pero cada uno trabaja de forma distinta. Hay que pensar en lo que tenemos, que es Lucas Alcaraz, que está imprimiendo muchísima intensidad a los entrenamientos y creo que eso es muy bueno para un conjunto como el nuestro".

Desde el mismo instante en el que se hizo cargo del equipo, el técnico impuso un fuerte ritmo a los suyos. La semana pasada la centró en dobles sesiones y tras las dos jornadas de descanso que concedió a sus jugadores, regresó con la misma intención. Quiere dotar a los suyos de la máxima agresividad posible. El granadino sabe que no dispone de tiempo suficiente antes del primer encuentro ante el Valladolid para introducir demasiadas novedades tácticas, por lo que quiere que las primeras variaciones tengan más que ver con cuestiones anímicas y psicológicas.

Uno de los que menos oportunidades ha tenido hasta el momento es el uruguayo Andrés Lamas. A pesar de ello, destaca las bondades del preparador porque "él (Alcaraz) es muy de estar encima de los jugadores en los entrenamientos, es un rasgo propio de su personalidad y ahora cada uno tenemos que hacer la autocrítica para saber qué tenemos que mejorar si queremos ir a más y progresar". Sobre esa reflexión, entiende que "todos sabemos de que no hemos estado jugando bien, no hemos estado al nivel de lo que somos capaces y eso es responsabilidad de los que hemos jugado y de los que hemos estado en el banco. Estoy convencido que el Recreativo puede dar mucho más pero eso lo debemos demostrar en los entrenamientos".

A Marco Ruben le gusta un detalle de la nueva forma de trabajar. La intensidad de "los entrenamientos más cortos" permite lograr "el objetivo de agarrar más ritmo. Cada entrenador es diferente, tiene sus ideas y sus métodos y los plasma en los entrenamientos con su particular estilo. Cada técnico exige a su manera y luego se ve en el campo si sus métodos son los adecuados. Todos tenemos ganas de crear más ocasiones de peligro y de hacer más goles, en especial jugadores como yo que soy delantero".