Balonmano l Primera División Nacional

Mañana puede ser un gran día

  • El Pedro Alonso Niño puede hacer historia en su partido con el Cajasur Córdoba 2016 (12.30 h.) · Una victoria aseguraría la clasificación a los moguereños para la fase de ascenso a División de Honor B

"Te he dicho, Platero, que el alma de Moguer es el vino, ¿verdad? No, el alma de Moguer es el pan". Ya lo decía Juan Ramón en su obra maestra, décadas antes de que el balonmano surgiera en Moguer: "El alma de Moguer es el PAN". Y, sin duda, este domingo así va a ser. Palabras de elegía para una cita épica: la de mañana en el Zenobia.

Los chicos que han ido acercándo el sueño del ascenso durante toda la temporada tienen mañana un compromiso con su afición. Y con la historia. Se trata nada menos que de certificar que en pocas semanas siga soñando con ver a su equipo donde, como poco, merece estar, en la fase de ascenso a la División de Honor B por primera vez en casi cuatro décadas de vida.

Con Platero y yo, Juan Ramón Jiménez enseñó a todas las personas mayores de este pueblo -y del mundo entero- a soñar como chiquillos. Y esta noche en cada almohada de Moguer se jugará un partido distinto, pero con un mismo final, y se sucederán cientos de jugadas espectaculares y hasta imposibles, que puede que no se den, pero que también acabarán en gol.

Personas mayores, niños y niñas soñarán esta noche con un Joaqui y un Kovácsovics como el Avalokiteshvara budista de los mil brazos, cancerberos de un infierno que lo será para los cordobeses del CajaSur Córdoba 2016. Verán a Emilio y a Carrillo frenar con potencia, maestría y experiencia las embestidas de un equipo que viene de África herido de muerte. Imaginarán a Raúl y a Alejandro elevarse por los flancos de un muro rojo para batir al paisano Ollero, y a un Dani Domínguez que a su vez soñará con jugar unos minutos. Fantasearán con un gigante llamado Pedrito lanzando proyectiles que detonan en la red cordobesa, con un Fragio luchando en el epicentro del enemigo y saliendo victorioso, con un Josema y un Sierra que convierten el balonmano en ajedrez, con un Moisés a quien el ímpetu de su juventud le permite horadar la defensa contraria una y otra vez con descarado talento. Y ansiarán a un Sergio Cruzado que se mantiene horas en el aire esperando que los brazos enemigos bajen para fusilar la meta contraria. Ojalá pueda estar, porque el joven lateral no se ha entrenado en toda la semana tras venir lesionado de Telde.

Los hermanos andaluces Gallardo Cabello, Francisco José y Sergio Francisco, serán testigos a pie de pista de un encuentro que deberán arbitrar a partir de las 12.30 de este domingo y que enfrentará a dos equipos andaluces, uno que tiene a un pueblo en vilo y otro que perdió parte de las ilusiones tras caer en Melilla en su último partido disputado, hace ya dos semanas.

A CajaSur Córdoba 2016 sólo le vale la victoria. Pero la afición de Moguer no espera otra cosa de su equipo que vencer, ya que el PAN ha caído dos veces este año con los cordobeses, una en Liga (33-28) y otra en pretemporada en tierras extremeñas (I Torneo Internacional Ciudad de Badajoz, 24-27).

Esto no le gusta a Fernando Castelló. El día en que el PAN barría de la pista del Zenobia al Balonmano Alcobendas, hace dos semanas, se oía en la grada a alguien decir "Este tío se enfada hasta ganando". Y es que Castelló sólo sonríe al final de los partidos. Sólo en dos ocasiones ha dejado de hacerlo este año: en Puente Genil frente al Ángel Ximénez y contra el rival de mañana en Córdoba. No lo va a permitir más en estos dos encuentros que quedan. Su constante presión mantiene en tensión a sus jugadores. Fano, su segundo, se encargará de tener a la portería motivada.

Joaqui, Kovácsovics, Carrillo, Sergio, Emilio, Moisés, Raúl, Alejandro, Fragio, Pedrito, Josema y Guillermo. Doce nombres, doce apóstoles de la ilusión entre los que mañana no cabrán pequeñas molestias, agotamiento físico o precaución por riesgo de lesión. Junto a ellos, los jugadores del provincial Dani Domínguez y algún otro que aún no ha decidido el técnico.

En la grada, los que más van a sufrir con el sufrido público que mañana pedirá pasivo en los dos primeros pases de los visitantes: Cuca, Lauro, Pinilla y Cristóbal. Cuatro a quienes las lesiones hicieron caer, pero que no se pierden un compromiso de sus compañeros en el Zenobia.

Húngaros, onubenses, huelvanos y sevillanos han conformado un entente que baja desde el Danubio, pasa por el Guadalquivir y desemboca en las marismas moguereñas. Saldrán a la cancha sabiendo que tienen por delante la empresa de hacer más grande, si cabe, el nombre de Moguer.

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