El Desafío Pata negra es una propuesta de actividad física que consiste en recorrer la Sierra de Huelva de forma circular. El recorrido pasa por 14 municipios de la Sierra de Huelva: Alájar, Almonaster la Real, Aracena, Castaño del Robledo, Cortegana, Cortelazor la Real, Fuenteheridos, Galaroza, Jabugo, Linares de la Sierra, Los Marines, La Nava, Santa Ana la Real y Valdelarco. Puede realizarse en diferentes modalidades, pero el senderismo fue la elegida por la familia y el pequeño Lucas, que ha sido el más joven en terminar esta prueba.

Lucas consiguió superar el reto este domingo junto a sus familiares y algunos amigos, llegando incluso a abandonar algunos de ellos. A su abuelo Fermín lo inunda el orgullo por la fortaleza que su nieto posee. Esta prueba es como una tradición, pero Lucas se ha estrenado este año. Para Fermín “el reto bonito y duro es hacerlo, como lo hemos hecho nosotros, en una etapa”. La duración en la que han conseguido terminar el recorrido ha sido un total de 31 horas y para que su nieto de 14 años le acompañara “tuvimos que pedirle una autorización a sus padres”.

Fermín no tiene palabras para describir “la emoción tan grande que sentí durante el recorrido. Hay que vivir cada momento, subir cada cuesta y superar cada dificultad que nos encontramos en el camino. Entre nosotros nos animábamos cuando venían los momentos de bajón”. La clave fue pensar siempre en “positivo”, la motvación era imaginar que en la meta estaría la recompensa. Durante el camino hay momentos muy duros, Fermín destaca “la cuesta del dundún”, y la compara con una pared por su empinación.

Esta no es la primera aventura que viven juntos Fermín y Lucas, llevan montando en bicicleta desde que el pequeño tenía cuatro años. “No existen adejtivos para describir lo que siento por mi nieto” y lo que le ha enorgullecido durante el reto, “cualquiera del grupo tiene una palabra bonita para Lucas, parece mucho más mayor de lo que verdaderamente es. Toda persona que se acerca a él, acaba sintiéndose orgulloso”. A pesar de haber sido “muy duro” para el joven, era el que se encargó de animar al grupo entero a seguir, “tenía mucho más espíritu competitivo que nosotros”. El reto es terminar el camino, da igual el puesto en el que se llegue y eso lo tenía claro Lucas, que no ansiaba alcanzar al resto del grupo, él iba a “hacer su camino”. “Nos ha dado un ejemplo a todos los mayores de madurez, de compañerismo y de saber estar” comentó su abuelo.

Al finalizar la prueba y llegar a meta, a quien primero abrazó Lucas fue a “Quini, un compañero del grupo que estuvo varias veces a punto de abandonar y el jóven seguía animándolo para que continuara con el reto. Eso fue otro ejemplo de madurez, que en vez de abrazarse a cualquiera de sus familiares lo hizo con el que peor venía y más lo necesitaba. Eso fue una inyección de adrenalina para el compañero y nos sumimos todos en una inmensa emoción”.